El frío pone en alerta a Urgencias por las intoxicaciones con monóxido

El servicio de Urgencias del Hospital de Salamanca se prepara para el goteo de intoxicaciones por monóxido de carbono que tendrá que atender en los próximos meses.

Dos octogenarios de Villar del Buey fueron atendidos a mediados de semana por una intoxicación de monóxido de carbono. Al día siguiente otros dos ancianos de Ponferrada acabaron en el Hospital por idéntico motivo, solo que en este caso el origen fue una caldera de carbón en mal estado.

La llegada del frío -todavía no es intenso- marca el inicio de las intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono.

En el Hospital de Salamanca son decenas los casos de este tipo que se atienden cada año. «Diría que un mínimo de 50 intoxicaciones entre otoño e invierno», apunta el urgenciólogo Ángel Bajo, que desde hace años viene documentándose sobre el contexto de este tipo de intoxicaciones. De hecho, el Hospital de Salamanca tiene intención de realizar un estudio, junto con el Río Hortega, sobre la evolución de las intoxicaciones y tratar de responder a una pregunta: «¿Está relacionado el aumento de estas intoxicaciones con la pobreza energética?».

Ángel Bajo añade que «los estudios que se están realizando relacionan las intoxicaciones con la pobreza energética» y aportan datos significativos: «El brasero de cisco es algo que se ve como muy rural, pero se ha presentado un estudio que demostraba ser más urbano de lo que se piensa, aunque suele ser en zonas desfavorecidas de las ciudades. Lo lógico es pensar que se debe a la pobreza energética. A gente que no tiene suficientes recursos y no se puede permitir encender la calefacción, porque actualmente nadie pone un brasero de este tipo si no es porque no les queda más remedio».

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