No se ha llegado a los 15,6 grados bajo cero registrados el 17 de enero de 1946, mínima histórica de la que se tiene constancia, pero en un punto de Salamanca, concretamente en Pedraza de Alba, a las nueve de la mañana de este martes los termómetros bajaron a -11,2 º. En la base meteorológica de Matacán, estación de referencia de la provincia, el termómetro descendió a -9,6, y un día antes a -7,4. Y este miércoles se esperan temperaturas similares. Este es el motivo por el que Ministerio de Sanidad ha activado en Salamanca el nivel 3 de alto riesgo por bajas temperaturas. ¿Cuál es el criterio para lanzar este aviso? La razón es que tres días seguidos por debajo de los 3,2 grados bajo cero, considerada «temperatura de disparo», en esta provincia comienza a aumentar la mortalidad de manera significativa. Y lo cierto es que, pese a que las alertas por exceso de calor parecen más frecuentes, el frío polar es causante de más decesos en Salamanca. De hecho, en los últimos cinco años se han registrado el triple de fallecimientos atribuibles a bajas temperaturas que a altas.
Publicidad
En 2024 se contabilizaron 130 decesos vinculados a temperaturas «extremas» por exceso o por defecto. Representaron poco más de un 3 % del total de defunciones —en 2023 fueron más de un 11 %—. A través del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), el Instituto de Salud Carlos III atribuye 94 decesos al «déficit» de temperatura, es decir, a bajadas pronunciadas en los termómetros. Se registraron en el primer cuatrimestre del pasado año y en noviembre y diciembre. Frente a ello, los fallecimientos por exceso de calor en un año que la Agencia Estatal de Meteorología ha definido como más cálido que los anteriores fueron en Salamanca 37 y se concentraron en julio y agosto.
No obstante, desde 2020, año en el que la covid desató la pandemia mundial, en Salamanca no se registraban cifras tan bajas como las de 2024 de muertes atribuibles al exceso o defecto de temperaturas. Atendiendo a los datos del Instituto de Salud Carlos III, el año más crítico de la última década habría sido 2023, en el que fueron 446 los decesos que el sistema atribuyó a los efectos de las temperaturas extremas. En este ejercicio, los fallecimientos vinculados al frío extremo fueron diez veces más (403) que los atribuibles al calor (43). Solo en el mes de febrero de ese ejercicio el sistema MoMo detectó 161 defunciones de salmantinos vinculadas a la ola de frío polar que llevó a Salamanca a encadenar una decena de días con mínimas bajo cero y los que las máximas no llegaron a superar los 9 º. Pese a esos datos, en 2023 la provincia registró un exceso de mortalidad por todas las causas menor de la última década, entre otros motivos, porque en los tres ejercicios anteriores las defunciones se dispararon debido a la pandemia por coronavirus.
En los trece primeros días de 2025, el Instituto Carlos III estima que en la provincia de Salamanca se han registrado ya once muertes vinculadas con las bajas temperaturas, la mitad que en todo el mes de enero del pasado año.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.