Freno a la pérdida de trabajadores en Salamanca con mayor atracción de empleo

Tras el impacto de la crisis económica motivada por la pandemia y el aumento de la actividad económica, el éxodo de trabajadores en Salamanca se ha ralentizado. Si bien es cierto que el saldo de trabajadores sigue siendo negativo con 5.350 empleados menos: 18.593 salmantinos fueron contratados en otras provincias en 2022, por los 13.243 que consiguió atraer. Los datos arrojan varios síntomas optimistas a los que agarrarse: las cifras de movilidad son mejores en un 14% que las ofrecidas por el Servicio Público de Empleo en 2021. De hecho, hay que remontarse hasta el año 2014 para encontrar un dato tan «positivo» cuando la diferencia fue de 5.264 trabajadores. También hay que tener en cuenta que gran parte de los trabajadores que salen a provincias cercanas vuelve a la ciudad tras la finalización de los contratos temporales.

Mientras la salida de los trabajadores se mantuvo de manera similar al año anterior (salida de 18.593 contratos frente a los 18.633 de 2021), la principal diferencia fue en la capacidad para atraer trabajadores de otras provincias donde se registró el mayor incremento con un 6% más (13.243 frente a los 12.402 de 2021). El sector más beneficiado fue el englobado dentro de la categoría de 'Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras, construcción y minería' con 172 trabajadores de saldo positivo, el único con el signo delante de la cifra por atraer a 1.196 trabajadores frente a los 1.024 que salieron hacia otras provincias.

El regreso de la dinamización del turismo y de la hostelería también se encuentra detrás de estas buenas cifras. Salamanca consiguió atraer a 4.405 camareros, hosteleros y comerciantes, la cifra más alta de todos los sectores, frente a los 4.755 que eligieron un empleo fuera de la provincia. Aunque la diferencia entre los que llegan y los que se van es negativa, la tendencia ha mejorado respecto a los últimos años con una de las cifras más bajas con un saldo negativo de 350 trabajadores frente a los 927 del año 2021.

Otro de los datos positivos ofrecidos por el Servicio Público de Empleo ha sido lograr frenar la sangría que se estaba produciendo en la movilidad de trabajadores y profesionales científicos e intelectuales, grupo que engloba las ocupaciones para las que se requiere una carrera universitaria. Salamanca consiguió ser un polo de atracción de talento para 2.814 profesionales cualificados (un 33% más que en 2021) frente a los 4.109 que abandonaron la provincia. A pesar de que el saldo sigue siendo negativo (-1.295), la diferencia respecto al año anterior es llamativa cuando la diferencia entre los que salían y llegaban superaba los 2.000 trabajadores en lo que se mantiene aún como la cifra más elevada desde que el servicio dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social elabora esta estadística.

Este es uno de los principales retos que tienen los partidos políticos de cara a las inminentes elecciones del 28 de mayo: retener a los trabajadores con cierta cualificación, una vez que se ha comprobado que la esperanza de la pandemia con el auge del teletrabajo no ha dado los resultados previstos, debido en gran parte a los problemas de comunicaciones, cobertura o comunicaciones de alta velocidad en las zonas rurales donde podían haberse visto beneficiadas. En sectores como el de la informática donde se observaban más los brotes verdes, la incidencia ha sido prácticamente escasa respecto a las esperanzas.

No obstante, el perfil mayoritario de los que se van fuera sigue siendo el de una persona que solo ha completado los estudios primarios y que marcha a otra provincia para trabajar en el sector servicios. Otro grupo importante que sufre el éxodo laboral es el de los trabajadores no cualificados, seguido por el de técnicos y profesionales científicos e intelectuales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la marcha de trabajadores, sobre todo en el caso de los contratos temporales no es definitiva y suelen regresar al finalizar estas estancias por tiempo definido. De hecho, por ello no suelen coincidir las cifras de población con las de movilidad interprovincial laboral.

Una de las principales preocupaciones de los expertos se centra en la salida a trabajar a otras provincias cuando esta se produce antes de cumplir los 30 años, porque se trata de personas que están en edad de formar una familia a corto o medio plazo. Las cifras de 2022 reflejan el mejor saldo negativo de todos los grupos de edad con una diferencia de 1.050 trabajadores, respecto al saldo negativo de 3.045 que se registra entre los 30 y los 45 años. De hecho, en la franja entre los mayores de 45 años tampoco se compensa este déficit por aquellas personas que han conseguido suficientes puntos en las oposiciones para optar a un concurso de traslados y poder regresar a su provincia. El déficit en la última etapa de la vida activa también es superior al de los menores de 30 años. Hay que tener en cuenta que en los datos de Empleo no se contabiliza el gran grupo de 'ocupaciones militares' del que sí se beneficia Salamanca con la sede del Regimiento de Ingenieros número 11 en el acuartelamiento General Arroquia.

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