Un operario ultima las actuaciones en la isleta junto a Álvaro Gil. MANUEL LAYA

Fin al Life Vía de la Plata, un proyecto de 2,8 millones en Salamanca

El remate del tramo de Torres Villarroel cierra las actuaciones del proyecto que han renaturalizado 6,9 kilómetros de la ciudad

Belén Hernández

Salamanca

Martes, 19 de marzo 2024, 20:25

La plantación del último arbusto en la nueva isleta del paseo de Torres Villarroel culminó este martes la ejecución del proyecto Life Vía de la Plata que ha contado con un presupuesto de 2,8 millones de euros, 1,4 financiados por la Unión Europea.

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Un gesto que cierra la iniciativa que ha vestido de color y de vegetación los 6,9 kilómetros de la Ruta de la Plata que transcurren por el término municipal de la ciudad, desde su entrada por Cordel de Miranda, en la zona sur, hasta su fin en la zona del Helmántico pasando por dos zonas urbanas, una de ellas patrimonial.

Un reto que ha tardado más de lo previsto en llegar a su fin debido al retraso provocado por un reventón en Torres Villarroel semanas antes de que comenzaran las actuaciones en esta localización.

Acciones que se adjudicaron por 95.600 euros centradas en el margen izquierdo de la calzada, donde se han construido parterres alrededor de los árboles existentes en los que se han sembrado plantas arbustivas que necesitan poco riego, así como especies florales, además de instalar aparcamientos con adoquines que filtran el agua de lluvia y permiten regenerar los acuíferos de la capital.

También ha supuesto la creación de una isleta entre el quiosco y la rotonda en la que ayer los operarios de la adjudicataria de jardines remataban la actuación.

Esta nueva construcción elimina el giro a la izquierda que antes permitía virar hacia la calle Álvaro Gil, por lo que los conductores deben avanzar unos metros para cambiar de sentido en la glorieta de la UDS.

Si en los tramos rústicos la renaturalización se ha centrado en la recuperación de la infraestructura verde y de los ecosistemas, en la zona urbana los cambios han sido más llamativos.

Desde la calle San Pablo hasta el entorno de la Plaza Mayor, avanzando por la calle Zamora, Torres Villarroel y Gran Capitán se han construido zonas ajardinadas, aparcamientos y espacios en la calzada con adoquines drenantes, además de replantar árboles.

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Es un proyecto innovador que ha posibilitado la creación de un jardín de lluvia en la calle Moreruela, una isla de biodiversidad en Capuchinos, una «isla de frescor» en el parque de Colón, una reconstrucción vegetal de la antigua muralla de la ciudad en la puerta de San Polo, donde también se han construido aparcamientos drenantes, así como acciones en el entorno del Museo de Automoción con la recreación de una gran chimenea con elementos vegetales, entre otros.

El fin último: incrementar la presencia de la naturaleza para luchar contra efectos provocados por el cambio climático como la isla de calor y crear una ciudad Patrimonio mejor adaptada.

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