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Lunes, 10 de mayo 2021, 11:01
Jefe de Unidad del Servicio de Hematología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, profesor titular de Medicina en la Universidad de Salamanca, coordinador del área de Terapia Celular, Génica y Trasplantes del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y director de la Cátedra Extraordinaria de Terapias Avanzadas, Fermín Sánchez-Guijo asume un nuevo cargo, el de vicepresidente electo de la Sociedad Internacional de Terapia Celular y Génica, el foro de discusión más importante sobre este nuevo tipo de medicina personalizada.
–¿Por qué es importante su elección en esta sociedad científica?
–La Sociedad Internacional de Terapia Celular y Génica es el foro en el que confluyen la academia y la investigación, así como la industria y los reguladores, y es una sociedad científica que está en total expansión por el auge que está teniendo la terapia celular en todo el mundo, ahora mismo aglutina a investigadores de más de 60 países. Digamos que es el foro donde se discuten aspectos científicos, de desarrollo, de formación y de intercambio de ideas en terapia celular.
–Primero será vicepresidente electo y luego ya vicepresidente, ¿por qué?
–Ahora hay un vicepresidente, que es un científico italiano, y yo seré el vicepresidente electo hasta 2023 cuando asumiré ya la vicepresidencia directamente hasta 2025. Como en otras sociedades científicas, lo que se hace primero es elegir una figura electa que está acompañando al presidente o vicepresidente para que cuando lo dejen tenga ya una trayectoria de dos años de trabajo en todos los proyectos e iniciativas en marcha.
–¿Por qué se ha animado a asumir esta responsabilidad?
–El presidente actual y el que ha sido electo fueron los inductores de que presentara mi candidatura junto con las personas que están coordinando ahora la sociedad a nivel europeo. Creo que es una buena oportunidad para la terapia celular en España y a nivel europeo y, sobre todo, para nuestra ciudad, nuestra Universidad, el IBSAL y el Hospital, tener visibilidad en este foro es bueno porque desde aquí tienes acceso a muchos profesionales e información de primera mano.
–¿Qué retos se plantea en esta sociedad científica?
–Unificar la formación en terapia celular, fundamentalmente en el entorno europeo, pero también a nivel global. También ayudar al desarrollo de la terapia celular de una manera regulada y adecuada en aquellos países que tienen menos capacidad, estoy pensando en extender esta tecnología a América Central, Sudamérica y algunas zonas de Asia. Y luego unificar de algún modo la colaboración de la industria farmacéutica y biotecnológica, con los investigadores de hospitales y universidades y las agencias reguladoras de estos tratamientos para que los pacientes puedan disponer de ellos en el tiempo más corto posible.
–¿Se ha avanzado mucho en este campo de la terapia celular en los últimos años?
–Sí, se ha avanzado mucho en los últimos veinte años. Comenzó con las células mesenquimales, algunos productos de terapia génica y el impulso tremendo ha sido la llegada de las células CAR-T, que en Estados Unidos se aprobaron en 2017 lo que hizo que los implicados a nivel regulatorio, industrial, clínico e investigador pusieran el foco en esta parte de la medicina personalizada que es ya la medicina del presente y del futuro.
–¿Qué tal posicionados están la Universidad, el Hospital y el Instituto de Investigación Biomédica (IBSAL) en la Sociedad Internacional de Terapia Celular y Génica?
–Nuestro centro está presente en muchos comités de la sociedad y nuestra visibilidad a partir de ahora va a ser mayor. Desde hace años, en el Servicio de Hematología hemos intentado estar presentes en los foros de discusión donde podemos participar porque al final eso siempre conlleva algo positivo a nivel local, contribuimos a que el nombre de la Universidad de Salamanca, del IBSAL y del Hospital suenen en estos foros. Hematología tiene ya una larga trayectoria en este tipo de foros y Salamanca tiene su papel y es conocida por su actividad en la Hematología, en global, y ahora también en el campo de la terapia celular.
–¿Continuará como director de la Cátedra Extraordinaria de Terapias Avanzadas? ¿Los cargos no están reñidos?
–Tengo la virtud, o la desgracia, de necesitar pocas horas de sueño. Veo pacientes todos los días en el Hospital, eso para mí es fundamental, pero también en el equipo estamos en las discusiones del servicio y participamos en distintos foros de expertos de la Organización Nacional de Trasplantes, del Ministerio de Sanidad, de expertos CAR-T y otros. Esto es una cosa más, vamos sumando un poco más de actividad, pero da tiempo a todo si uno es capaz de organizarse. En actividades de este tipo tenemos la obligación personal de intentar estar presentes, ya que es importante participar porque al final el objetivo es que salgan las cosas mejor en nuestro entorno y poder aportar siempre es bueno y que se tenga en cuenta nuestra visión.
–Y sin dejar la investigación ¿no? ¿En qué desarrollos está inmerso?
–En la Unidad de Terapia Celular tenemos dos objetivos fundamentales: uno es optimizar los tratamientos con células madre mesenquimales, que es una parte que nos sirve para las complicaciones del trasplante, pero también para ayudar a pacientes de otros servicios del Hospital en programas de medicina regenerativa; y luego en los últimos años estamos intentando optimizar los productos CAR-T con desarrollos que a medio plazo puedan ser propios para expandirlos por nuestro entorno. En este sentido, tenemos la incorporación de hematólogos jóvenes, que tienen la formación para ello, quiero destacar a Mirian López Parra y Almudena Navarro.
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