Tristeza, ansiedad, vacío, desesperanza, pesimismo, irritabilidad, frustración o intranquilidad. Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia. Insomnio, autolesiones, adicción al móvil, ciberacoso, brotes psicóticos a edades cada vez más tempranas, trastornos alimenticios, intentos de suicidio y suicidios. Dicen que las personas que sufren depresión consiguen la victoria negándose a dejar de luchar, pero lo verdaderamente importante es encontrar un hombro en el que apoyarse durante todo ese camino.
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Hoy, sábado, 13 de enero, se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión. 'Se celebra', en homenaje a todas aquellas personas que, en algún momento, no pudieron seguir en la batalla contra un trastorno que resulta ser toda una 'montaña rusa' y por todas aquellas que, en estos momentos, están inmersas en una batalla. Caes, parece que te levantas, vuelves a caer y, en medio de esa sensación de estar cayendo por un precipicio, entra en escena el vértigo.
Al igual que viene pasando desde el año pasado, las personas que sufren este trastorno del ánimo y los familiares que les tienden su mano ponen el foco en la cantidad de gente joven que se está convirtiendo en víctima. Tanto es así que Sanidad ya ha encendido la alarma para alertar de que, en las últimas tres décadas, se ha triplicado el consumo de psicofármacos en los menores de edad.
Las complicaciones que se dan en trastornos del ánimo como la depresión pueden derivar en conductas suicidas, las cuales se han visto incrementadas tanto a nivel provincial como a nivel regional. Desde Psiquiatría, el alegato sigue siendo el mismo que el que ya lanzaron antes de que terminase el 2023: no hay médicos para tanto trastorno mental y, en Salamanca, «no hay recursos suficientes para tratarlos».
Uno de los factores que preocupan a toda la comunidad sanitaria es el preocupante aumento de las conductas suicidas y de los propios suicidios en Castilla y León y en la provincia de Salamanca. En los últimos años, se han registrado unos datos alarmantes que aumentan cada año progresivamente.
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En 2022, Castilla y León anotó 242 suicidios y la Comunidad registró un incremento de seis casos frente a los datos de 2021. En Salamanca, durante el año 2022, las muertes registradas por esta causa aumentaron más de un 40% respecto al año anterior: 34 casos, frente a los 24 de 2021. Tanto en los datos regionales como en los provinciales, se puede percibir que el número de suicidios acometidos por hombres es notablemente superior al de mujeres. En Salamanca, se puede observar, durante el año 2022, que, dentro de los 34 casos totales, 26 de ellos corresponden a hombres y ocho corresponden a mujeres.
Estos datos, que mantienen en alerta al Servicio de Emergencias de Castilla y León, se suman a la escalofriante cifra que revela que al menos una persona intenta suicidarse cada día en Salamanca, teniendo como referencia las 457 llamadas que se registraron en la provincia el pasado año y que completan el cupo total de avisos que hubo en la Comunidad, con un total de 3.818 emergencias calificadas como intentos de suicidio -la cifra más alta obtenida en los últimos cuatro años, ya que, en 2022, fueron 3.467; en 2021, fueron 3.043; en 2020, fueron 2.556 llamadas y, en 2019, se contabilizaron 2.179-.
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El suicidio fue uno de los temas especialmente delicados de los muchos que se abordaron en el Congreso Nacional de Psiquiatría que Salamanca acogió el pasado mes de noviembre. En él, los especialistas apuntaron en la primera jornada que, aunque se trata de un grave problema que está presente en todo el país, los datos indican que se están incrementando en Salamanca y en Castilla y León, que, de por sí, tiene una media superior a la de España.
A día de hoy, falta mucho camino por recorrer en lo que a visibilizar la importancia que tiene la salud mental se refiere. Pese a que el tabú de acudir a terapia va desapareciendo, la estigmatización y la discriminación que sufren las personas que padecen algún trastorno del ánimo siguen presentes en la sociedad.
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En la línea de las conductas suicidas que, en ocasiones, suelen darse a raíz de este tipo de problemas, hay que destacar que, en una veintena de países, estos comportamientos están penalizados. A este hecho, se suma que las personas que están pasando por una situación de precariedad son las que más riesgo corren al no tener recursos suficientes para recibir los servicios adecuados. Por eso, otro de los retos pendientes que Europa sigue teniendo, y desde hace mucho tiempo, es el de invertir más fondos en salud mental.
Cuando se habla del incremento de los problemas de salud mental, también se especifica cuáles son estos trastornos. Según el Libro Blanco de la Psiquiatría en España, de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), los más frecuentes a nivel nacional son los trastornos de ansiedad (74,6 casos por cada 1.000 habitantes), seguidos de los trastornos del sueño y de los trastornos depresivos (60,7 y 41,9 por cada 1.000 habitantes). En niños, adolescentes y jóvenes menores de 25 años, también se dan los problemas hipercinéticos (tics y movimientos involuntarios) o los trastornos específicos del aprendizaje (19,4 casos por 1.000 habitantes).
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