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Mar Abad Hernández asume la gestión como decana de Medicina tras imponerse en las elecciones que por primera vez tenía tres candidatos. Será la primera mujer en ocupar este cargo tras años de compatibilizar la docencia, la investigación y su trabajo en el Hospital como jefa de la Unidad de Patología Molecular. Aunque reconoce que tendrá que «bajar el ritmo», no dejará ninguna de sus áreas.
¿Por qué decide presentarse a decana de la Facultad de Medicina?
—Los compañeros me animaron a presentarme porque, a su juicio, tenía un perfil que era el adecuado. Además de impartir docencia e investigación realizo tareas asistenciales en el Hospital. Soy especialista en Anatomía Patológica y soy jefa de la Unidad de Patología Molecular. Esta faceta parecía que podía ser importante en el momento actual. Ha sido un honor que me eligieran y contar con un apoyo tan extenso.
Será la primera mujer, ¿supone una responsabilidad adicional?
—Creo que entra dentro de la normalidad en todas las instituciones. Hay muchas mujeres estudiando Medicina, muchas profesoras ejerciendo la docencia y hay muchas especialistas en el Hospital. Es una profesión con un alto porcentaje de mujeres, y lógicamente alguna tendría que ser decana. Estoy segura que después de mí, muchas otras ocuparán el cargo.
¿Cuáles son las bases y retos que pretende alcanzar durante su mandato de seis años?
—En estos momentos, la facultad tiene un momento muy interesante con tres titulaciones, alguna de ellas muy reciente con Audiología con retos a diferentes niveles y en todas las titulaciones con importantes objetivos. Consolidar la docencia de calidad y excelencia en todas las titulaciones es el reto primordial. Tenemos la adaptación de todos los planes de estudio al Real Decreto 822 de 2021 que ya hemos empezado. En estos momentos, se ha pisado el acelerador y en unas pocas semanas vamos a tener adaptados todos los títulos. Las tareas de gestión ahora mismo no son unipersonales, sino de todo un equipo bien engranado en el que se colabora de una forma cercana en el que participen todas las personas implicadas. Va a exigir un esfuerzo de todo el equipo.
¿Hacia dónde irán los objetivos en las tres titulaciones?
—Estamos en la mitad de la implantación de un nuevo plan de estudios en Medicina. Este año ha sido 3º y nos queda 4º, 5º y 6º. Queremos dar visibilidad al sello de calidad internacional que se ha concedido porque la docencia ha sido respalda y reconocida. Estamos pendientes de ponerlo en un sitio visible de la facultad, pero es un espaldarazo a la docencia teórica y práctica que se imparte en la facultad, pero también en el Hospital y la clínica odontológica. Nuestros alumnos cuando terminen la docencia y el grado, en su título van a llevar el sello de que han cursado sus estudios en una facultad con reconocimiento internacional a la calidad. Es para sentirse muy orgullosos porque además les va a permitir ejercer su profesión en Canadá y Estados Unidos sin necesidad de hacer ningún examen. Tenemos que visibilizarlo y ponerlo en valor. En el caso de Odontología querríamos impulsar la firma de nuevos convenios para aumentar el número de pacientes. Necesitamos incrementar y que nuestros alumnos vean aumentar los pacientes en las prácticas clínicas. En el caso de Audiología acabamos de empezar y queda mucho por hacer. El mayor reto es de plantillas y profesores. Contamos con el apoyo de la Universidad, pero es un reto conseguir plantillas estables del profesorado adecuado y tener todos los instrumentos y la dotación que se necesita para que la docencia esté al mismo nivel que Medicina y Odontología.
¿Qué necesidades de plantilla tiene la Facultad de Medicina?
—En el tema de profesorado necesitamos todavía. En los últimos años ha habido una dotación de plazas en Medicina tanto para las básicas como para las clínicas. El tema de las plazas vinculadas, aquellas que dan especialistas, son complejas porque son perfiles muy difíciles de conseguir ya que son especialistas que realizan su labor asistencial en el Hospital pasan consulta y operan y al mismo tiempo tienen que tener el reconocimiento de la Aneca con una docencia de calidad y unos mínimos de investigación que muchas veces son difíciles de conseguir. Uno de los retos es que los podamos tener en todas las asignaturas clínicas. No es fácil de conseguir y aunque ahora mismo las jubilaciones no son masivas, como en otros momentos, si que siguen goteando y es difícil realizar el relevo. Nos estamos encontrando con plazas de catedrático que son sustituidas por plazas de contratado doctor, lo cual es maravilloso porque son jóvenes a los que les queda una amplia trayectoria. Pero, es difícil encontrarlos incluso de ayudante doctor vinculado, aunque de momento no tenemos esa figura. Esperamos que los cambios en los criterios de la Aneca faciliten las acreditaciones. Ya no hay un déficit tan enorme, pero todavía estamos lejos de conseguir una plantilla totalmente adecuada e idónea, como la que había antes de las jubilaciones masivas.
¿Las nuevas facultades de Medicina que se crearán en la Región serán competencia para Salamanca?
—El que se creen nuevas facultades de Medicina en estos momentos es intentar solucionar un problema que hay ahora mismo, que es la falta de médicos, muy a largo plazo. Es muy difícil tener una facultad nueva de una titulación y aún más difícil conseguir un profesorado adecuado y de un buen nivel para hacer una docencia de calidad. Nuestra facultad lleva muchos siglos de experiencia y en estos momentos la demanda de la sociedad no es formar un médico, sino un médico fabuloso, buenísimo y que sea el mejor profesional posible. No es tanto la creación de facultades, sino lo que hay que hacer es que nuestros alumnos de la facultad que estudian, se esfuerzan y son magníficos tengan la oportunidad de realizar su especialización. Lo que necesitamos son más plazas MIR y con ello se paliaría la necesidad de médicos de aquí a 3 o 4 años. Mucho menos tiempo que hacer una facultad en la que hay que esperar y nos vamos a 15 o 18 años. Yo creo que las facultades cuando se crean lo primero que tienen que hacer es funcionar y luego ya entran en competencia. La calidad de la docencia, los profesionales y la experiencia no son fáciles de conseguir. Supone mucho esfuerzo, inversión, y no solo económica, sino en tiempo. Llevamos décadas hablando de excelencia en la docencia, pero realmente son pocas las facultades que tienen el sello internacional de calidad que tenemos nosotros. No es fácil llegar a estándares buenos de calidad como para hacer competencia.
¿Se sigue sorprendiendo cuando ve que la Facultad de Medicina es la más solicitada de toda España?
—Tiene un gran prestigio y los últimos acontecimientos nos dan un espaldarazo y nos reafirma. Es una facultad competente, innovadora y cada vez con más profesores con muchas ganas y vitales que incorporan nuevas estrategias para mejorar la enseñanza.
¿Cómo son las relaciones con el Hospital?
—Creo que son muy buenas. Yo de alguna manera también soy Sacyl y comprendo toda la problemática que puede haber en el Hospital. La Gerencia en estos momentos es muy cercana y se vuelca mucho en los pacientes, pero también acoge. Como ejemplo, todos los alumnos de prácticas fueron recibidos por la gerente. Es algo novedoso y estupendo.
¿Qué le gustaría poner en marcha en sus primeros 100 días?
—La adaptación de los planes de estudio y el tema de los simuladores para empezar con las presentaciones porque quiero que llegue a la mayor parte de los profesores. También considero clave la digitalización. Me gustaría darle un empujón en estos primeros días y me encantaría que desapareciese el papel en todos los procesos administrativos.
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