

Secciones
Destacamos
Los profesionales salmantinos de la construcción se muestran cautos a la hora de valorar qué ha podido ocurrir en el incendio de los dos bloques de viviendas de Valencia, una postura lógica teniendo en cuenta que aún se investiga lo ocurrido. No obstante, no encuentran una explicación a qué ha podido ocurrir. «Fachadas ventiladas como las de estos bloques hay en toda España, pueden ser solo de aluminio o tener dentro otro material, habría que saber qué era lo que tenían en Valencia», detalla el presidente de la asociación salmantina de constructores Aescón, Manuel Prieto.
«Lo que ha pasado no tiene una explicación lógica. Lo habitual es que se queme una vivienda y como mucho las de alrededor o ni eso», añade perplejo Prieto.
Por su parte, el representante de la asociación de empresarios de la construcción de Salamanca Aconsa, Javier Tamames, advierte de que el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación y la evaluación de los materiales «tiene bastante control». Insiste en que la construcción de las fachadas también está regulada, elemento sobre el que se vuelcan todas las sospechas dada la rápida expansión de las llamas en los edificios afectados.
«Parece que tenían una fachada ventilada tipo alcobón que es decorativo, pero lo importante es saber qué es lo que tenía dentro», detalla en relación a este tipo de construcción de fachadas con el que contaban los inmuebles, recubiertos con placas que van separadas de la pared con perfiles y que por fuera están revestidas por una placa de chapa o de cerámica, mientras que en el interior contiene algún tipo de aislante. «Si llevaba espuma de poliuretano, está permitida», incide el arquitecto salmantino Antonio de la Mano.
Las fachadas de los edificios deben construirse en Salamanca con materiales que tengan una reacción «muy limitada» al fuego.
Dentro de las siete categorías en las que se clasifica la inflamabilidad de los componentes sería la segunda más exigente, según dicta el Código Técnico de Edificación.
Este es el documento que guía la condiciones de construcción de todo tipo de edificaciones, el decálogo de cabecera de técnicos, arquitectos y aparejadores salmantinos desde el año 2007 que entró en vigor.
También es la normativa que tiene en cuenta el Ayuntamiento que exige un certificado de materiales ignífugos en base a su regulación con la finalidad de evitar sucesos tan pavorosos como el del incendio de los dos edificios del barrio del Campanal de Valencia, que ha costado la vida a 10 personas después de que las llamas se extendieran velozmente.
En el apartado de medianías y fachadas, el código técnico es más estricto con la inflamabilidad de los materiales que en apartados como la emanación de humos en el caso de quemarse y la generación de partículas inflamadas y gotas incandescentes.
En ambos capítulos la exigencia es la mínima, ya que se autoriza el uso de elementos que una vez que se quemen tengan una producción «alta» de humo e incluso que generen caída de gotas incandescentes.
En interiores estas condiciones son más exigentes. Los elementos que se autorizan para mobiliario o decoración en establecimientos públicos prohíben que provoque la caída de gotas o partículas inflamadas que puedan extender aún más el fuego en el momento que se produzca.
La exigencia también es máxima en cuanto a la generación de humos, para evitar intoxicaciones. «En el caso de las medianerías y fachadas el código dicta que tienen que estar clasificados como B S3 D2, exigencias que varían para el material en función de dónde estén situados en el edificio», especifica el arquitecto salmantino Antonio de la Mano.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.