Éxodo de trabajadores cualificados de Salamanca: 18.600 en un solo año

La irrupción del coronavirus en 2020 redujo la marcha de salmantinos a otras provincias para trabajar, aunque siguió en cifras alarmantes. Un éxodo laboral que ha vuelto a adquirir velocidad en 2021, con la progresiva recuperación de la actividad. El problema añadido es que ese repunte se ha centrado especialmente entre las personas con carrera universitaria, el escalón de trabajadores más cualificados, lo que evidencia las cada vez mayores dificultades del mercado laboral salmantino para retener o atraer a este perfil de empleado.

Los datos evidencian el importante desequilibrio existente en el mercado laboral salmantino. Más de 18.600 salmantinos consiguieron un contrato en otra provincia del país durante el año pasado, según el Servicio Público de Empleo Estatal. En cambio, Salamanca solo atrajo 12.400 trabajadores de otras zonas de España. Un déficit de 6.200 contratos que al final acaba repercutiendo en pérdida de población, aunque una parte de los que se marchan acaban regresando, al firmar contratos temporales.

El saldo negativo en 2021 es superior al registrado en 2020, muy influenciado por la pandemia y los efectos en la economía del primer estado de alarma. No obstante, y pese a que parte de esas consecuencias aún se vivieron durante el año pasado, los datos evidencian que la salida de la crisis provocada por el coronavirus está implicando una intensificación del éxodo laboral, todavía inferior a la existente en los años de recuperación posteriores a la recesión económica de 2008.

A pesar de que ese déficit está por debajo del registrado en el periodo que va de 2016 a 2019, el actual tiene un componente más peligroso si cabe. 2021 ha registrado las peores cifras en cuanto a movilidad de trabajadores y profesionales científicos e intelectuales, grupo que engloba las ocupaciones para las que se requiere una carrera universitaria. Salamanca consiguió atraer a 2.106 trabajadores cualificados en 2021, pero se marcharon 4.167, lo que deja un balance negativo de -2.061. Este saldo es el más elevado que se había registrado hasta ahora en la provincia y con mucha diferencia. El anterior récord negativo era de 2020, pero con -1.264, casi un millar menos que ahora. Incluso hubo ejercicios, como en 2015, en los que el balance fue positivo.

Los expertos vienen apuntando desde hace tiempo los problemas del mercado salmantino para retener a los trabajadores con cierta cualificación. La pandemia, no obstante, hizo pensar que esta tendencia podía paliarse con el auge del teletrabajo en los primeros meses del coronavirus. Sin embargo, la realidad ha mostrado que este fenómeno ha ido diluyéndose con la progresiva eliminación de restricciones y que ahora solo se ha normalizado en sectores muy específicos, como el de los informáticos.

La mala cobertura de internet de alta velocidad, así como de comunicaciones, y la baja densidad de población en buena parte de la provincia representan un obstáculo más para la instalación de empresas, en especial de las que requieren un perfil de trabajador más cualificado. Además, hay que tener en cuenta el peso de las dos universidades salmantinas, lo que implica que la provincia tenga en proporción un mayor número personal cualificado que otras de similares características.

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