Evitar que los médicos se jubilen, el parche del Gobierno ante la falta de facultativos

El Gobierno vuelve a buscar salir de una situación de emergencia sanitaria por medio de parches. Ante la inminente oleada de jubilaciones, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, presentó una medida “excepcional” durante tres años consistente en que los médicos de Atención Primaria y los pediatras puedan jubilarse y seguir trabajando mientras cobran su pensión. Este término denominado ‘jubilación activa’ hasta ahora estaba vetado a los trabajadores del sistema público y les permitiría cobrar hasta el 75% de la pensión a la vez que trabajan en un centro de salud para solucionar el déficit de especialistas.

572 médicos salmantinos se jubilarán en la próxima década, según datos facilitados por el Colegio de Médicos, de los que más de la mitad pertenecen a la Atención Primaria tanto en centros de salud urbanos como rurales. A estos facultativos hay que sumar los 121 que siguen ejerciendo tras haber cumplido los 65 años, mayoritariamente también médicos de familia ante la sobrecarga y dificultad para encontrar relevo sobre todo en los pueblos más alejados (90). Cientos de plazas de medicina rural fueron rechazadas tanto en el último MIR como en los contratos de fidelización de Sacyl.

Darias rechazó en el Consejo Interterritorial del pasado lunes la posibilidad de debatir el problema de los médicos de familia, como pedía el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, y las comunidades del PP.

El presidente del sindicato médico CESM, Tomás Toranzo, considera que la medida de la jubilación activa es “un parche” que “no soluciona la falta de médicos”. “No es una solución lo suficientemente atractiva. El problema es que del 75%, Hacienda se queda con un 45% con lo que para un médico supondría un plus de 16.000 euros anuales, una cantidad que en el momento actual no es suficiente para evitar que un médico desmotivado por la sobrecarga del sistema decida continuar trabajando”. Y es que, según detalla, la pandemia, las condiciones de trabajo actuales de saturación de pacientes ha provocado que haya un aumento de prejubilaciones, una situación que rara vez se producía. Frente a esa medida, considera que los incentivos deberían ser más importantes ligados a incrementar el 4% anual por cada año trabajado. “Si es una situación de emergencia, también deben tomarse medidas adecuadas para llevarlo a cabo”.

En el mismo sentido, Toranzo también critica que la medida se reserve exclusivamente a la Atención Primaria y la Pediatría y no a otras especialidades hospitalarias que también tienen déficit de profesionales. En el caso de Salamanca, el servicio que puede tener mayores problemas en la próxima década es el de Anestesiología y Reanimación con 21 médicos que se encuentran entre los 55 y los 65 años, seguido del de Radiodiagnóstico: tiene tres médicos que ya han superado la edad de jubilación y siguen trabajando sumado a 17 que se encuentran a las puertas de hacerlo. Ocurre lo mismo en la atención de los facultativos en las Urgencias hospitalarias donde 2 han superado la edad de jubilación, 9 se encuentran a las puertas de hacerlo al haber sobrepasado los 60 años y 6 tienen más de 55 años.

La edad media de los médicos en activo en la provincia de Salamanca (incluyendo a los facultativos del Hospital) es de 53 años. Respecto a las cifras de la prepandemia tan solo ha aumentado en unos meses, producto del relevo generacional que sí se ha producido en algunas especialidades hospitalarias pero que no se ha dado en la Atención Primaria. De hecho, la tasa de reposición, la ratio que compara la cantidad de nuevos médicos que llegan a una especialidad con los que se marchan por jubilación es claramente negativa en Medicina de Familia con 0,68 — inferior a 1 por lo que no se cubre cada puesto—. Las especialidades con mejor dinámica serían Oncología y Neurofisiología Clínica.

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