Eva Mielgo, una luchadora contra el cáncer, junto a su familia en el año 2015.
Eva Mielgo: «Cuando me dijeron que tenía cáncer de mama pensé que no iba a ver crecer a mis hijos»
DÍA MUNDIAL DEL CÁNCER DE MAMA ·
Hace 15 años a la salmantina Eva Mielgo le cambió la vida para siempre cuando le comunicaron que tenía cáncer. Desde ese día no ha parado de luchar contra esta enfermedad, que ahora le ha llegado al pulmón
Cada 15 minutos una mujer se entera de que padece cáncer de mama en España. Se diagnostican unos 35.000 casos al año. Hace 15 años a la salmantina Eva Mielgo le cambió la vida para siempre cuando una mañana de enero sobre las 10:00 horas le comunicaron la fatídica noticia. Desde ese día no ha parado de luchar contra esta enfermedad, que ahora le ha llegado al pulmón.
«Me noté un bulto en el pecho, pero como tenía un bebé de tres meses, pensé que me habría salido por darle de mamar. Yo por más que me lo masajeaba no se me quitaba y entonces fue mi marido, que es médico, quien me dijo que había que mirarlo. Creo que él ya sospechaba algo», dice emocionada Eva Mielgo.
Primero acudió a su médico de cabecera y este directamente le mandó a cirugía general. Le practicaron una ecografía y en ella los profesionales sospecharon que era maligno. Después, le hicieron una biopsia y le dijeron que en una semana le darían la respuesta. Pero nada, no pasaron ni 24 horas cuando le llamaron por teléfono.
No olvida todos los detalles de ese momento. Eva había ido a buscar a su hijo de tres años al colegio y este iba agarrado del cochecito de bebé de su hermano. «Te llamamos del hospital para que te pases mañana porque ya tenemos los resultados. Yo soy enfermera y sé lo que significa que te den un resultado al día siguiente. Fui llorando para casa intentado disimular por mis dos hijos», reconoce con la voz entrecortada.
Con muchos nervios y de la mano de su marido, Eva recibió su diagnóstico a los 35 años. Los médicos le intentaron tranquilizar, pero en ese momento «nada vale»: «Se me cayó el mundo encima, tenía todo para ser feliz y pensé que me iba a morir, que no iba a ver crecer a mis hijos».
Tan solo le faltaba un mes de lactancia para incorporarse a su trabajo como enfermera cuando tuvo que empezar con todo el «largo» proceso. Primero se sometió a una operación y luego a la quimioterapia. «A cualquier persona le pilla mal esta situación, pero en mi caso con dos pequeños fue horrible, pues me quitaron las dos mamas y no podía ni dar de mamar al bebé ni cogerlos», expresa.
El primer estado de ánimo por el que pasó Eva fue por un «fuerte sentimiento de culpabilidad» al tener que dejar de dar el pecho a su bebé: «Me sentía culpable al pensar que no iba a poder alimentar al niño. Fui a la Asociación contra el Cáncer y la primera cita que tuve con María, mi psicóloga, me eché a llorar. Intentaba mostrar al mundo que me encontraba mejor de lo que realmente estaba».
Para Eva, el cambio físico también fue un golpe duro, a pesar de que su marido nunca le ha dejado de recordar lo guapa que es: «Tengo la ventaja de que él y mis hijos siempre están pendientes de mí. Cuando eran pequeños y llevaba peluca me la quitaban y se la probaban a los demás niños normalizando que su mamá no tenía pelo».
A los tres meses de terminar el tratamiento, Eva sufrió una recidiva y tuvo que volver a empezar con la quimio y con radioterapia. Después, estuvo varios años bien, pero los últimos ocho recibe un tratamiento continuo cada tres semanas. «Ahora lo de mama está bien, pero tengo metástasis en el pulmón y es lo que me están tratando. Cuando un tratamiento se hace resistente, me aplican otro y así. Siempre lo último en Oncología porque tengo la suerte de estar en el Hospital Salamanca. La primera semana estoy peor, pero luego aprovecho a hacer de todo, a vivir la vida», manifiesta.
La familia de Eva en una foto actual.
Eva habla con orgullo de lo tantísimo que le ha apoyado su familia, amigos, la Asociación contra el Cáncer y César Rodríguez, su oncólogo: «Posee una calidad humana increíble, aunque esté de vacaciones está pendiente de nosotras. Ojalá todos los médicos fueran como él».
En el Día Mundial contra este cáncer quiere destacar que la investigación es la base para la cura y pide a las mujeres que se realicen las mamografías cuando reciben las cartas. «Es muy importante dedicar dinero a la investigación y las revisiones, pues un diagnóstico a tiempo evita muchas cosas. Ojalá algún día esta enfermedad se quede en un mal sueño», concluye.
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