El dramático incendio de Valencia que ha devorado un edificio de 14 plantas de altura en el barrio de Campanar y se ha saldado con diez víctimas mortales obliga a poner el foco en los medios con los que cuentan los bomberos en el caso de tener que intervenir en un suceso de características similares. Así como que los ciudadanos se cuestionen la seguridad de los edificios donde residen y qué se debe hacer ante un fuego en el interior de una vivienda.
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42 metros de altura. Los Bomberos de Salamanca cuentan con un brazo articulado—un camión diseñado para afrontar trabajos difíciles de abordar, en puntos de accesibilidad complicada y en algunos casos peligrosos—, que posee un autobrazo telescópico para tareas de rescate, extinción de incendios y salvamentos con un rango de 42 metros de altura. Lo que permite alcanzar un edificio de 13 alturas. En Salamanca, tan solo la 'Torre de la avenida de Portugal', un edificio de viviendas ubicado en el número 81, supera en una planta esas 13 alturas. No obstante, según fuentes municipales, existen otros elementos— fundamentalmente mangueras— que permitirían cubrir la última planta.
El protocolo de actuación en un caso de incendio está claro. Pero, ¿cómo hay que actuar si el fuego se desarrolla dentro de una vivienda de manera atípica? Según Luis Damián Ramos, el jefe de Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Salamanca, lo que ha ocurrido en Valencia es «atípico» ya que el material que revestía el edificio no debería haber estado en esa fachada. Para él, en una emergencia uno más uno no es igual a dos y cada caso es muy diferente, por eso la toma de decisiones es «muy compleja»: «Cada caso es un mundo, lo más importante es la autoprotección, la rápida detección del incendio, alertar del mismo y seguir las instrucciones de los efectivos».
En una situación de supervivencia la opción más tentadora es salir y huir de la vivienda, pero el jefe de Servicio de Extinción de Incendios alerta de que puede ser peligroso. «Si uno intenta salir de casa y hay humo o fuego en la escalera se puede morir por inhalación y correría un gran riesgo, mucho más que si se quedase en la vivienda», expresa Luis Damián que recuerda un incendio declarado en un piso en el número 18 de la calle Gaceta, en diciembre de 2016, que acabó con la vida de una mujer de 61 años que residía en la vivienda contigua: «Abrió la puerta de casa y le entró humo. Si se hubiera mantenido confinada quizá no hubiera fallecido porque los bomberos extinguieron el incendio del piso afectado».
Por eso alertar del número de personas que pueden sufrir la situación de riesgo, permanecer en la vivienda a no ser que los servicios de emergencias ordenen lo contrario, cerrar puertas y ventanas para que no entre humo y colocar toallas húmedas debajo de las puertas son algunas de las recomendaciones generales que habría que llevar a cabo.
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Asimismo, fuentes municipales insisten que la instalación de alarmas y detectores de humo en los edificios sería clave para conocer la situaciónlo antes posible y poder actuar en consecuencia. «La alarma informaría de la situación de emergencia. Así nadie se tendría que jugar la vida subiendo y bajando por la escalera, como lo ha hecho el conserje del edificio de Valencia», dice Luis Damián.
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