Corría el año 1930. El Ayuntamiento de Salamanca, bajo la presidencia de Miguel Íscar Peyra, había emprendido obras de reforma en la Casa Consistorial, sumida en un grave deterioro. Comenzaron con la renovación del tejado, que ya presentaba en determinados tramos un serio peligro de desplome. Seguirían obras generales de consolidación y reestructuración que se extendieron prácticamente a todo el edificio.
Publicidad
En el acceso principal de la Plaza Mayor, nada quedaba de la original escalera churrigueresca, que había sido sustituida por una de estilo modernista que en 1930 precisaba de una reparación. El coste se estimó en 20.000 pesetas. Pero aquel noble acceso a las dependencias municipales debía estar a la altura de la importancia del edificio. Y sumidos en el dilema, surgió la oportunidad. Llegaría desde Madrid y su curiosa historia merece viajar a unos años atrás.
En el Madrid de la época isabelina, el banquero Bartolomé Santamarca alternaba con los grandes hombres de las finanzas de la época, aunando negocios y política. Antes de que fuera nombrado marqués por el papa Pio IX y como hicieron otros de su clase, Santamarca se hizo construir una casa palacio en la calle de Alcalá 70-72 sobre uno de los solares más viejos de Madrid, junto al antiguo palacio del Marqués de Alcañices que se derribó en 1884 para construir la conocida sede del Banco de España que da a Cibeles. El proyecto del arquitecto José Alejandro y Álvarez fue en 1846 ejemplo de la primera arquitectura isabelina.
Como otros burgueses adinerados que representaban a la nobleza de viejo cuño, Santamarca se entregó al coleccionismo y llegó a reunir en su mansión multitud de pinturas de diverso género y época. Su única hija, Carlota, que heredó el patrimonio familiar en 1874, se casó con Juan de Zavala y Guzmán, duque de Nájera, conde de Treviño, cuatro veces Grande de España además de una larga lista de títulos nobiliarios.
El palacio de la calle Alcalá, conocido ya como de los duques de Nájera, fue durante años lugar de reuniones y fiestas para la flor y nata de la aristocracia de Madrid. Así, en 1895 la revista «Blanco y Negro» dedicaba su serie «Los salones de Madrid» al palacio de los Duques de Nájera. Una de las fotografías de Christian Franzen mostraba a dos damiselas en la elegante escalera de mármol que protagoniza esta historia.
Publicidad
El duque falleció en 1910 y su esposa en 1914. No dejaron descendencia. Antes de morir, doña Carlota indicó en el testamento su voluntad de que en el palacio se erigiese una iglesia de estilo gótico y un asilo «para niños y niñas pobres huérfanos naturales de Madrid». Si este propósito no fuera posible, la aristócrata pedía que se levantase en un solar a las afueras de la ciudad, como se hizo finalmente. El Colegio Fundación Santamarca, en el barrio de Prosperidad, alberga en la actualidad la rica colección artística atesorada durante años por la familia.
El palacio de la calle Alcalá quedó desocupado. En 1923 el Banco de España lo compró para la ampliación de sus instalaciones y tres años después derribaría el edificio. Entre el valioso patrimonio arquitectónico que se salvó de la piqueta se encontraba la lujosa escalinata, que tardó en encontrar comprador. Un anuncio a página completa publicado en enero de 1930 en el diario ABC ofrecía a los interesados »la escalera imperial del palacio de Nájera» (foto de la izquierda), «una obra de arte en mármol de Italia que costó un millón de pesetas y hoy se puede adquirir por poco dinero».
Publicidad
Esta oferta llegó a conocimiento del Ayuntamiento de Salamanca, que tras comprobar que las dimensiones de la escalera de Nájera encajaban perfectamente en el espacio disponible, en noviembre aceptaba la oferta del arquitecto Luis Vegas y el contratista Gaspar Figueras. La operación se cerró en 29.250 pesetas y la compra incluía el peldañeado y mesetas, tiro, zancas y zócalos laterales y frontal constituidos por casetones de mármol italiano, cinco escalones del vestíbulo y un gigantesco espejo mural que duplicaba la preciosa perspectiva.
La lujosa escalera de mármol viajó a Salamanca en 10 camiones de siete toneladas cada uno. Su adaptación a la Casa Consistorial se realizó bajo la dirección del arquitecto municipal Ricardo Pérez Fernández.
Publicidad
Ya con un nuevo alcalde, Primitivo Santa Cecilia, el 30 de mayo de 1931 se adjudicó el concurso para su instalación al marmolista Samuel Seseña. Cobró durante la obra 350 pesetas semanales , y entre otros trabajos tuvo que reformar los escudos nobiliarios de las balaustradas y el del frente de la meseta central para esculpir en su lugar las armas del Ayuntamiento republicano, con la corona murada, una vez instaurado el nuevo régimen el mes anterior.
La instalación de la escalera se completó con la colaboración del delineante bilbaíno Luis Lerchundi, quien dibujó y dirigió los trabajos de las tracerías del artesonado, ventanales y dos preciosas vidrieras necesarias para la iluminación abriendo los recuadros laterales de los segundos tramos. La maniobra dio a la escalera una luz directa que no tenía en su ubicación original.
Publicidad
El alcalde Santa Cecilia dimitió tras ser elegido diputado a Cortes y le relevó Fidel Olivera. Llegaba el momento de estrenar el nuevo acceso de honor a la planta noble del Ayuntamiento, –«de entre las de mármol, la escalera más artística de España», pregonaba un emocionado cronista local– y se eligió para ello las Ferias de septiembre.
El sábado 12 fue el gran día. La fiesta homenaje a la bandera nacional y al ejército dio más lustre a la jornada. Una unidad de las fuerzas armadas llegaba a la Plaza Mayor mientras un abanderado esperaba a pie firme frente a la fachada del Ayuntamiento. En ese momento, una Comisión presidida por el pendón de la ciudad que portaba el regidor síndico descendió solemnemente por las escaleras a los acordes del himno de Riego. Seguidamente, bandera y pendón ascendían ceremoniosamente por la noble escalera para ser exhibidas desde el balcón principal, entre los aplausos de un público que abarrotaba la Plaza Mayor. Salamanca estrenaba su escalinata de más tronío.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.