«No entendemos por qué hay gente que nos mira mal, como si tuviera algo malo nuestro trabajo»

A principios de marzo, el Ayuntamiento y el colectivo de repartidores a domicilio, conocidos como 'riders', pactaron que los repartidores abandonarían la plaza del Corrillo para trasladarse a la isla de carga ubicada en la calle Juan del Rey.

Tras el periodo de dos semanas al que se habían comprometido para mudarse de emplazamiento, las escaleras de la iglesia de San Martín, en las que antes la estampa habitual eran los repartidores sentados a la espera de recibir algún pedido, se encuentran totalmente despejadas.

Los 'riders' han acatado de buena gana el cambio de ubicación, aunque insisten en que todavía hacen falta mejoras que les permitan realizar su trabajo con facilidad. Además, destacan que es necesario un mayor respeto al colectivo por parte de la sociedad, que sienten que no valora el servicio que prestan.

«Mudarnos de las escaleras de la iglesia nos pareció bien, pero lo que no entendemos es por qué parece que hubiera personas a las que molestáramos con nuestro trabajo. La gente tiene muy poca empatía y a veces te miran mal, como si tuviera algo de malo ser repartidor. Y este es un trabajo tan digno como cualquier otro», considera el repartidor Miguel Plata.

Una opinión en la que coinciden los repartidores Abigail Rodríguez y Yoandri Briceño. «Cada vez la gente pide más comida a domicilio. Ofrecemos un servicio que es necesario. Tú estás pidiendo comida y yo ofrezco el servicio de llevártela, ¿qué tiene eso de malo?», se queja Abigail, que cuenta que, en ocasiones, ha recibido malas contestaciones mientras realiza su trabajo.

Además, los jóvenes insisten en que es necesario adaptar la ciudad para este oficio, que ha crecido exponencialmente en los últimos años.

«Hacen falta más sitios para dejar los patinetes. Estaría bien que hubiera una zona especial para repartidores con bastantes aparcamientos para los patinetes y a la que sea fácil acceder. Así podemos trabajar con más tranquilidad», consideran los repartidores.

En lo referente a los futuros horarios pautados para circular por el centro de la ciudad, integrantes del colectivo señalan que se ajusta a sus necesidades. «Incluye las horas del día en las que más hay pedidos. Para nosotros es una necesidad poder movernos a mediodía y en la noche», explica Jesús Fuenmayor, otro 'rider'.