![“En España no hay leyes educativas, hay venganzas electorales. Eso no ayuda en nada al profesor”](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2022/10/25/entrevista-a-conferenciante-csif-7_1-4106505_20221025170745--1200x800.jpg)
![“En España no hay leyes educativas, hay venganzas electorales. Eso no ayuda en nada al profesor”](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2022/10/25/entrevista-a-conferenciante-csif-7_1-4106505_20221025170745--1200x800.jpg)
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Martes, 25 de octubre 2022, 19:00
Con libros como “Números en color”, “Enséñame a contar... y a no contar” o “La sonrisa del conocimiento”, el profesor, escritor e investigador educativo José Antonio Fernández Bravo ha mostrado a muchos docentes una nueva forma de enseñar poniéndose en la piel del alumno. Prueba de la influencia de este profesor de Matemáticas, que muchos ven como a uno de los mejores de España, son los casi 400 compañeros de profesión que acudieron a su conferencia en Salamanca, organizada por CSIF en la Hospedería Fonseca. A todos ellos, les insistió en que lo importante “no es cómo de bien realiza el niño los ejercicios que hace, sino cuánto bien le hacen al niño esos ejercicios”.
—¿Cómo se enseña desde el cerebro del que aprende, título de sus conferencias?
—Alude a una metodología del respeto que implica que hay que saber cómo se aprende para saber cómo enseñar. Es un paradigma ya admitido socialmente, lo que no significa que esté incorporado a las aulas, y que supera al “yo les enseño y que ellos aprendan como yo enseño”.
—¿Qué es un buen profesor?
—Aquel que se atreva a definir un buen aprendizaje sabrá lo que es un buen profesor. El problema es que empezamos siempre la casa al revés. En una determinada escuela es aquel que manda deberes todos los días, y ese mismo perfil es criticado y marginado en una escuela en la que se respete el proceso cognitivo de aprendizaje donde lo importante no sea subir el nivel adelantando contenidos. ¿Cuántas veces la clase mejor preparada es aquella que te permite abandonar precisamente todo lo que has preparado? Para mí, un buen profesor es aquel que es capaz de hacerlo porque cree en el aprendizaje y no en la enseñanza.
—Entonces, ¿el que suspende no es el alumno, sino el profesor?
—Por supuesto. Rotundamente. Siempre y cuando la causa verdaderamente dependa de las acciones de ese profesor. Si suspende el alumno, suspende el profesor, siempre y cuando se aclare que lo que hace grande al profesor es la grandeza del alumno.
—¿Cómo se motiva a un docente “quemado” a innovar y mejorar?
—Al “quemado” le tenemos que preguntar por qué se quema. Yo les digo a los profesores que hay que escuchar al que aprende, pero ¿quién escucha al que escucha? Eso es lo que quema. Te pasas la vida escuchando y cuando tu voz suena te preguntas: ¿quién me escucha a mí?
—¿La pandemia lo ha complicado todo o ha ayudado en algo?
—Ha ayudado. El trabajo y la entrega tan grandes que ha habido, las noches sin dormir para preparar los temas que luego se subían a los distintos canales o plataformas han sido exagerados a cambio de nada. Habría que hacer un homenaje al maestro. La pandemia puso a disposición del que aprende mecanismos tecnológicos, a los que no estábamos muy acostumbrados y ahora los hemos sumado como recurso.
—En España no hay suficientes profesores de Matemáticas. ¿Qué pasa con esa asignatura?
—Los que no quieren enseñarlas son los que no saben matemáticas. No se puede comparar con las otras asignaturas porque es en sí misma constructiva. Tu puedes aprobar y sacar un sobresaliente en la Revolución Francesa, suspender la Segunda Guerra Mundial y tener un 6,5 de media en Historia. En Matemáticas eso no puede suceder porque es tan constructiva que, si no entiendes lo que es una multiplicación, no vas a dividir, entender una potencia, los radicales, ni los polinomios. Es la asignatura que más incomprensión ofrece con lo cual es evidentemente la más rechazada.
—Arturo Pérez-Reverte ha criticado el actual sistema educativo por sobreproteger a los estudiantes...
—Estoy de acuerdo en que se evalúe y se califique, pero hay que ver cómo se hace, porque en eso seguramente no estaré muy de acuerdo con Reverte. ¿Por qué se evalúa con el examen de preguntas caprichosas que se eligen la noche anterior y se dejan cien en el tintero? Evaluar es compartir conocimiento. La pregunta es si las calificaciones deben servir para situar al alumno desde donde yo le pueda ayudar o para marginarle y hundirle desde donde él está. A eso que responda Reverte.
—En España llevamos ocho leyes educativas en 40 años...
—En España no hay leyes educativas, hay venganzas electorales. Esto no ayuda en nada a los profesores.
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