La decisión del Gobierno de España de reducir la jornada laboral ha generado unidad entre el empresariado salmantino, que clama contra una decisión que a su juicio pone en peligro la viabilidad de muchos negocios y el mantenimiento de muchos puestos de trabajo.
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El Gobierno de España, a través de la vicepresidenta Yolanda Díaz, ha llegado a un acuerdo con los sindicatos mayoritarios para implantar la jornada laboral de 37 horas y media. Esto resulta indignante para las asociaciones empresariales salmantinas. El presidente de la Confederación Empresarios de Salamanca (CES, Antonio Rollán, señalaba su indignación: «Debemos ponernos serios ante las tasas de absentismo laboral que no paran de crecer. Esta mañana misma he leído que estamos en una tasa del 7,5 %, o lo que es lo mismo, un millón doscientas mil ausencias el año pasado». Rollán explicaba además que «lo primero que tendríamos que hablar es de aumentar productividad y de reducir las tasas de absentismo laboral y, a partir de ahí, podríamos hablar de reducción de jornada laboral».
«El pequeño empresario esto no lo puede soportar y esto al final repercute en todos, porque tenemos que aumentar las cotizaciones para pagar eso. Es una pesadilla», explicaba resignado Rollán.
De la misma manera ponía de manifiesto la necesidad de tener más en cuenta a las empresas. «Es un drama, y más por no hablar de una legislación laboral cada vez más exigente con el empresario, de una presión fiscal absolutamente disparatada. Aquí nadie piensa en la empresa, que es la única que genera riqueza en un país», manifestaba.
De manera muy similar a Rollán opinaba Paulino Benito, presidente de CEOE Cepyme Salamanca. «Necesitamos que las empresas sean rentables. Si nos reducen el volumen de horas de trabajo, está claro que nuestra rentabilidad, de primer golpe, disminuye», indicaba. «Cualquiera sabe perfectamente que no se pueden multiplicar los panes y los peces», decía indignado Benito.
El presidente de Cepyme Salamanca ponía en foco en el papel crucial que juegan las empresas en la economía española: «En realidad gracias a las empresas se produce el estado del bienestar. Es decir, si las empresas no fueran las que posibilitaran el que se produjeran impuestos a través de su trabajo y el de sus trabajadores, ¿qué harían las administraciones públicas?, ¿de dónde recaudarían? Es decir, que ya sepa, no hay ninguna administración pública que en sí misma gane dinero».
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Paulino Benito manifestaba su indignación porque las empresas se hayan quedado fuera de estas negociaciones del Ministerio de Trabajo con los sindicatos: «A nosotros nos interesa llegar a acuerdos, pero una cosa es eso y otra bien distinta es hacer viables nuestros negocios y nuestras empresas. Nosotros podemos llegar a acuerdos siempre y cuando sea viable nuestro negocio».
Tanto Rollán como Benito esperan que esa reducción de la jornada laboral no se lleve a cabo «por el bien de los españoles». De la misma manera entienden que la mejor manera de crear empleo y riqueza es que las empresas no tengan que asumir la carga fiscal a la que están siendo sometidos por el Gobierno durante estos últimos años.
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