El testimonio de una víctima de Essure: “Me han quitado el poder ser madre”

Nadie le informó de la realidad: era un método irreversible que sólo se implantaba en mujeres que ya hubiesen sido madres.

A Estefanía, nombre ficticio de la afectada que prefiere ocultar su identidad al seguir con revisiones, le realizaron el implante en una operación sin ingreso y al salir del Hospital sufrió las primeras hemorragias. No tenía hijos cuando le implantaron Essure y lo más terrible es que debido a aquella prescripción negligente nunca los podrá tener. “Lo peor son las secuelas emocionales. Han decidido por mí y me han quitado el poder de decisión y la opción de ser madre”, denuncia con dolor e impotencia.

A este daño irreparable y a la pérdida de confianza en los sanitarios se suman las secuelas físicas que comenzaron a los tres meses del implante. “Desde el minuto cero empiezas a sentir cosas raras: dolores, tirones, espasmos, contracciones... era mi cuerpo intentando expulsar algo extraño. Le siguió la caída del pelo, el cansancio, la pérdida de peso, los dolores de estómago, las reglas súper irregulares... Nadie lo achacaba al Essure”, se queja.

Fue pasados unos años, cuando decidió que había llegado su momento de ser madre, cuando solicitó retirarse el Essure y conoció la plataforma de afectadas y las secuelas. Para retirarle el implante tenían que extirparle las trompas de falopio. Otro duro trance para Estefanía. “Me quitaron una parte de mí, un trozo de mi feminidad”, confiesa. Eso sí, le aseguraron que tras retirarle el Essure y las trompas de falopio podría ser madre mediante fecundación ‘in vitro’.

Seis horas duró la complicada intervención. “El Essure estaba tan deteriorado que al sacarlo se iba partiendo en trozos, se deshacía. Cuando hubo riesgo de hemorragia tuvieron que terminar y se quedó un trozo de la corona del Essure en el cuerno derecho uterino”. Un metal pesado extraño en su cuerpo que ha agotado todas las esperanzas de ser madre de esta mujer. “El metal se va moviendo y se ha colocado en el útero. Sería un embarazo de alto riesgo y podría generar malformaciones en el bebé”, explica Estefanía, que ya ha asumido que no podrá ser madre.

Aunque los médicos le han recomendado extirparle el útero, confiesa que ahora no está preparada para una segunda operación, pero sabe que en el futuro tendrá que hacerlo para mejorar su salud.

Lo más duro es que el proceso vivido no ha tenido reparación psicológica. “En la Sanidad pública no me han ofrecido apoyo y aunque lo he pedido nadie me ha llamado. No es fácil empezar de cero”, admite Estefanía, que sigue con las revisiones cada medio año, aunque poco mimada por algunos profesionales, según denuncia.

Essure es un anticonceptivo permanente no hormonal de Bayer que ya ha sido retirado del mercado. Consiste en un pequeño muelle: una bobina externa de Nitinol (aleación de níquel y titanio) y una bobina interna de acero inoxidable envuelta en fibras de tereftalato de polietileno, unas bandas marcadoras de platino y una soldadura de plata-estaño. Mide cerca de 4 cm. de longitud y 0.8 mm. de ancho. Mediante un histeroscopio era introducido por vía vaginal hasta las Trompas de Falopio, se va generando tejido alrededor y quedan incrustados impidiendo el paso de óvulos ni esperma.

Una de las causas de que afecte a las mujeres es que está hecho con níquel y un 15% de las mujeres son alérgicas. También puede causar una inflamación crónica de las trompas de Falopio y que nunca remite. Otro problema es que, en ocasiones, se mueve.

Según las fuentes oficiales, más de 80.000 mujeres en España confiaron en este método, de las cuales, más del 10% ya ha presentado efectos secundarios que les impide llevar una vida normalizada, viéndose inmersas en un peregrinaje desesperante, acudiendo a diferentes servicios de salud con la esperanza de ser diagnosticadas. Cansancio, fatiga, dolor pélvico, inflamación abdominal, dolor de articulaciones, dolor muscular, menorragias, dolor de cabeza, ansiedad, aumento de peso, problemas digestivos, dolor menstrual, gases, dificultad para la concentración, falta de memoria, insomnio, gases, apatía, contracciones uterinas, dolor en las relaciones sexuales con penetración, erupciones cutáneas, parestesias, candidiasis... Estos son los síntomas más reconocibles entre las portadoras del implante.