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Viernes, 23 de abril 2021, 22:22
El salmantino Luis Díaz, de Pereña de la Ribera, lleva ocho meses viviendo en Israel, donde es jefe de maquinaria. Su empresa, con sede en Madrid, construye un túnel en Jerusalén para aliviar el tráfico de la ciudad. En este tiempo ha visto cómo el país ha pasado de una cuarentena radical a algo muy parecido a la normalidad precovid gracias a que ya está vacunada el 62% de la población.
–¿Cómo es la nueva normalidad en Israel ahora que ya no es necesaria la mascarilla en espacios abiertos?
–Desde el pasado lunes no es obligatoria, pero casi todo el mundo la lleva. Creo que vamos a tardar en dejar de usarla porque la gente sigue teniendo miedo al contagio. Por costumbre siguen poniéndosela automáticamente cuando entran en algún establecimiento. Nosotros también la llevamos en el trabajo porque tenemos compañeros de Palestina. Aquello es otro mundo completamente diferente y dicen que uno de cada cuatro palestinos tiene covid. No creo que se deje de utilizar la mascarilla de un día para otro. Antes de venir aquí estuve en Taiwán, donde tuvieron otro virus como este, y todo el mundo la lleva.
–¿Cuánto tiempo ha pasado en Israel para alcanzar este hito?
–Empezaron a vacunar hace más de cuatro meses y ya tienen al 62% de la población inmunizada. Yo incluido. Pero antes hubo cierres casi tan radicales en España. Desde finales de septiembre y hasta pasada Navidad todos los establecimientos no esenciales estaban cerrados, solo se podía ir a trabajar. Recuperaron la actividad, pero tuvieron que volver a cerrar y ahora han abierto todo de golpe. Es cierto que tienen miedo por la cepa brasileña y problemas con los radicales ortodoxos, que son negacionistas, pero han promulgado una ley y han tenido que ir a inmunizarse. Ya les quedan pocos por pinchar.
–Dice que ya se ha vacunado ¿no ha tenido problemas al ser extranjero?
–Al contrario. No se me olvida que vacunaron a un compañero israelita y le pedí que me incluyeran. Habló con la mujer y al día siguiente me inmunizaron con la primera dosis de Pfizer y a los 21 días con la segunda. De esto hace tres meses, así que ya tengo la inmunidad.
–¿Qué se comenta sobre el acceso a las vacunas cuando en Europa han tardado tanto en distribuirse?
–Por aquí dicen que han pagado el doble por las dosis y luego hay que tener en cuenta que solo son 9 millones de habitantes. Lo cierto es que las grandes empresas americanas suelen ser judías y han tenido mucho apoyo de ellas.
–¿Israel se ha encontrado en situación límite por la covid?
–Al principio de la pandemia estaban muy nerviosos porque había muchos casos y gente en los hospitales. Fue cuando cerraron todo y estuvimos casi tres meses sin salir de casa más que para trabajar. Los días que abrieron entre medias la gente salía loca por comprar y relacionarse, pero volvieron a cortar la actividad hasta que ahora de golpe se ha recuperado la normalidad. Está todo igual que antes del covid: los mercadillos están abiertos, las tiendas llenas... Hemos pasado de no ver a nadie en la calle a un boom.
–¿La vacuna es la solución?
–Está claro que resulta. Mi mujer es profesora en Salamanca y tenía miedo a la vacuna de AstraZeneca. Aquí también había temor al principio de la vacunación, pero da resultado y este es el ejemplo. Yo no me lo pensé dos veces se llamara como se llamara porque si no cualquier día me iba a contagiar y eso sí que te lleva por delante. Animo a la gente a que se inmunice porque aquí veo el resultado.
–¿Las PCR son gratis en Israel?
–En Jerusalén se hacen en los estadios, en el zoo... en todos los lugares públicos con aglomeración de personas. Tienen montados puestos de test por todos los lados. Pides cita a Sanidad o al centro de salud y con el pasaporte te hacen la prueba gratis. Llegas, das los datos como trabajador y te pones en la fila de coches, aquí se va en vehículo. Te meten el palito y al día siguiente tienes el resultado en el móvil. Antes estaban todos los puntos llenos de gente, pero ahora apenas hay. Vas a la PCR y te la hacen casi al instante.
–Ahora usted vive más cerca de Belén. ¿En el lado palestino funcionan igual las cosas?
–Es todo lo contrario a Israel. No hay turistas, no hay dinero y no se hacen test. Son totalmente pobres y están esperando lo que le den los israelitas u otros países árabes. Llama la atención que en Jerusalén es todo seguridad. Hay muchos militares y la gente tiene armas en sus casas preparados por si hay una guerra. Allí no roban, pero en Belén dejas algo y te quedas sin ello. También hay mucha porquería, tiran la basura por la ventana como en España hace 60 años.
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