El ‘sile nole’, la afición salmantina que coge impulso en el parque La Alamedilla

Tras los peores meses de la pandemia, la tradicional cita de intercambio de cromos vuelve a cobrar impulso. Cada domingo el Parque de La Alamedilla acoge a numerosos aficionados a los cromos que se desplazan hasta el lugar para intentar completar sus colecciones. Niños y mayores acuden al encuentro provistos de su repertorio e interactúan con los presentes en busca de la figura deseada.

Los niños, además de poder intercambiar sus cromos con otros compañeros, también tienen la opción de poder comprárselos a los que ya han rellenado todos los huecos de su álbum y deciden colocarse en los bancos para vender todas las piezas que no pudieron intercambiar y que, de no venderlos, tendrían que desechar.

Alfredo Pérez acude acompañado de su hijo Pablo casi todos los domingos desde el mes de septiembre, cuando comienzan a salir los nuevos repertorios de la categoría, y explica que decenas de personas se reúnen en el parque cada fin de semana para conseguir los cromos que les permitan completar sus álbumes, en su mayoría colecciones de fútbol. Además de relacionarse con otros niños, los pequeños llegan emocionados para conseguir la imagen de su jugador favorito y colocarla en sus cuadernillos al llegar a casa.

Junto con sus abuelos, Hugo Crego, tampoco pierde la oportunidad de poder conseguir todos los fichajes de La Liga que le faltan y afirma que le gusta acudir todos los domingos que puede porque, por lo general, suele conseguir muchas figuras que le faltan y, de esta manera, también ayuda a otros niños a conseguir las suyas.

Numerosos son los grupos de amigos que allí se reúnen, como es el caso de Pablo Iglesias, Rodrigo Gómez y Rodrigo Martín que, a sus 11 años y tras jugar su partido de fútbol, no dudan en acercarse y hablar con sus compañeros para averiguar si durante la semana han logrado obtener a los jugadores que el domingo anterior no tenían, ofreciéndoles a cambio sus nuevas cartas. Los tres amigos, acompañados de sus padres, confirman con rotundidad que antes de la pandemia el intercambio era más fácil debido a que el número de niños que acudían era mucho mayor, pero a causa de las restricciones que repentinamente se iban estableciendo tras el confinamiento y el temor al contagio, el número de asistentes se ha visto muy reducido. A pesar de ello, la afluencia de personas ha ido creciendo con respecto al año anterior.

Tras varios intentos de intercambio, algunos cromos se resisten y los pequeños no logran obtenerlos, por ello, hay personas como Rocío Sánchez que deciden venderlos una vez que han conseguido todos. Para Rocío el tiempo no es excusa y cada domingo se instala en uno de los bancos del recinto a la espera de la llegada de los grupos y familias, porque ella mejor que nadie sabe que es complicado lograr completar una colección sin la ayuda de otras personas con las que poder cambiarlos o que te permitan comprarlos.

Las colecciones de fútbol son las predominantes, desde La Liga hasta el nuevo repertorio de Adrenalyn, pero además se intercambia otro tipo de cromos y de colecciones de otras categorías, como puede ser la colección de la NBA, el famoso TOI, las cartas de Fantasy Riders o los cromos de Dragon Ball, entre otros.

La tradición perdura y cada domingo por la mañana, abuelos, padres y niños acuden con ilusión al Parque de La Alamedilla para que, al mismo tiempo que se divierten, puedan llegar a casa satisfechos de poder ir ultimando sus libretas.

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