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Domingo, 12 de junio 2022, 13:54
El sector del transporte de mercancías vuelve a afrontar tiempos duros. La escalada de los precios del gasoil en las últimas semanas ha restado margen de beneficio a sus servicios, una situación que en anteriores meses se había aliviado por la contención del gasóleo y la bonificación de 20 céntimos. Sin embargo, la nueva tendencia alcista ha acabado con la tregua, una mala noticia para un sector que sigue teniendo numerosos problemas para conseguir que las operadoras actualicen lo que pagan por las cargas.
El precio medio del diésel se ha situado ya en Salamanca por encima de los dos euros. En la mayoría de gasolineras se ofrece a 2,02 euros por litro, un nuevo máximo histórico según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica. En lo que va de mes se ha encarecido 12 céntimos, una subida que pocos recuerdan en tan poco espacio de tiempo. En el caso de la gasolina 95, gran parte de las estaciones de servicio lo tienen a 2,15 euros por litro. La evolución en este combustible, a diferencia del gasoil, se arrastra desde hace más semanas, prácticamente desde el inicio de mayo. En seis semanas ha subido casi 30 céntimos.
El ascenso de nuevo del gasoil ha devuelto los quebraderos de cabeza al transporte de mercancías. A finales de marzo, una parte de los transportistas se movilizaron y consiguieron entorpecer la actividad económica. Ante esta situación, el Gobierno acordó ayudas directas al sector y la bonificación de 20 céntimos, que unos días más tarde generalizó a todos los conductores. La subida de las últimas semanas ha restado efecto a ese descuento. “Hay mucho enfado entre los transportistas”, reconoce Juan Luis Feltrero, presidente de la asociación Aestradis, que admite que los descuentos extra que ofrecían algunas petroleras van a terminar próximamente, lo que añadirá más presión.
“El Gobierno no ha abordado bien el problema. Estamos casi peor que hace tres meses”, asegura José Antonio Mateos, presidente de Astasa, que considera que lo más adecuado hubiera sido que se ese descuento solo se aplicara a las rentas más bajas y a las empresas y autónomos dedicados al transporte, como ha hecho Alemania. Incide, además, en que los cargadores siguen reacios a subir los precios de los servicios. “No se pueden aceptar cargas a esos precios, sin apenas tener margen de beneficio”, expone.
Otra de las medidas del Gobierno el pasado marzo fue la concesión de ayudas directas a los transportistas, de hasta 1.250 euros por camión. Un tipo de subvención que también se abordó con la Junta, pero que la formación del nuevo gobierno regional ha dejado en el aire. “En su momento se habló con el anterior consejero de 900 euros por camión y de 500 euros por furgoneta. Esperamos que la nueva consejera de Movilidad nos ofrezca las ayudas prometidas en la reunión que mantendremos con ella la próxima semana”, explica Juan Luis Feltrero.
Parar o no parar. El sector considera que el contexto actual devuelve la incertidumbre a los transportistas sobre si lo mejor para su economía es dejar parados camiones ante la falta de rentabilidad de determinados viajes que ofrecen las cargadoras. “Es verdad que ahora hay movimiento, pero más lo habrá en un mes con las campañas agrícolas”, recuerda José Antonio Mateos. Además del precio, las empresas también se encuentran con la falta de conductores, otro problema que tampoco se ha solucionado en los últimos meses.
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