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Grupo Toseka. FOTOS: ALMEIDA
El rock que suena (y sobrevive) en Salamanca

El rock que suena (y sobrevive) en Salamanca

Hablamos con algunas de las bandas salmantinas que luchan por mantener viva la esencia de este estilo

Domingo, 25 de agosto 2019, 16:38

Aún confían en triunfar. Siguen anclados a Salamanca porque la música todavía no les ha subido a los grandes escenarios nacionales e internacionales, pero no pierden la esperanza. El rock es su pasión y no están dispuestos a renunciar a ella.

La supervivencia es la meta actual de las bandas rockeras salmantinas. Por ello, algunos bares y festivales de la provincia les abren sus puertas de par en par para que puedan desenfundar sus guitarras, sus bajos y sus baterías, afinar sus voces y presentar al público su música. Con un único objetivo principal, divertirse haciendo lo que más les gusta, y sobre todo, conseguir que los salmantinos y turistas que se acerquen a verles y escucharles disfruten con ellos de cada uno de los acordes que emiten con sus instrumentos.

Y aunque aún les queda un largo camino por recorrer, las bandas rockeras salmantinas, principiantes o veteranas, no pierden la ilusión y siguen tocando con el deseo de hacer algo grande. De triunfar. Porque en realidad ese es el motivo que une a los integrantes de cada una de ellas. El sueño de actuar en un gran escenario, ante miles de personas que canten junto a ellos sus canciones.

Los Jim Brothers, ZERO!, Al Límite, Toseka, Los Sinsong o La Batería de Intxixu, son algunos los grupos que conviven dentro del panorama musical de la ciudad, y que trabajan duro día tras día para que su música llegue a los oídos de los más rockeros.

Jim Brothers

Los hermanos Jiménez, Basilio y Juan Carlos, voz y guitarra, junto con Josele, el bajista, y Luis, el batería, conforman la banda “Jim Brothers”. Un grupo que lleva en activo más de dos décadas y que aunque en sus comienzos, allá por el año 1997, tenía otro nombre: la Banda del Puerto, su inconfundible esencia rockera, característica de los grupos de los años 70 y 80, no ha cambiado en ningún momento. “Cuando empezamos con este proyecto, el público siempre nos ha acogido bien. Nunca nos ha faltado el cariño de la gente y, en Salamanca, con lo duro que es, siempre hemos tenido aceptación”, explica Basilio Jiménez, que antes de dedicarse en cuerpo y alma a la música, era conductor de autobuses.

Sus conciertos son de canciones versionadas, siempre en inglés, ya que es más fácil adaptar las letras musicalmente, es más cómodo y está más socializado. Pero los “Jim Brothers” tienen en mente hacer un disco de música propia y en español, con la esperanza de poder presentárselo a su público el verano que viene. “Lo único que hay que hacer es moverse mucho, arriesgarse y hacer lo que uno crea conveniente, porque si alguien quiere dedicarse a la música en Salamanca es muy complicado”, afirma Basilio, que junto con sus compañeros, continua en ese viaje que comenzó hace 22 años y que no duda en abandonar porque, según él, no lo cambiaría por nada.

ZERO!

Ángel a la guitarra, Felipe con la batería, Víctor con el bajo y Diego haciendo uso de su voz y guitarra, llevan siete años juntos como banda musical en Salamanca y, aunque todos son veinteañeros, ya pueden decir que han actuado en la Plaza Mayor durante las fiestas de la ciudad en el año 2017. “Cuando no nos conocía nadie si que es verdad que tirábamos de amigos. Luego empezaron a vernos los amigos de nuestros amigos. En realidad lo que vale es el boca a boca”, explica Ángel. “Si se tiene un proyecto en el que se ha invertido tanto tiempo y trabajo, lo que uno quiere es que salga a la luz y que la gente lo conozca, arriesgándote a que les pueda gustar o a que no”, añade Víctor. Pues antes de llenar la Plaza Mayor, tocaban en bares en los que el aforo no superaba las 80 personas, pero como dice Víctor: “Solo entraban 80 personas, pero hay que meterlas”.

Jóvenes, pero no novatos, tienen dos discos a sus espaldas y otro en camino que presentarán a finales de año. Una trilogía que representa a la perfección la evolución tanto a nivel personal como profesional, del grupo. Unos chicos que no dudan en arriesgar y cambiar, siempre haciendo lo que a ellos más les gusta, crear música. “En Salamanca es posible vivir de la música, lo que hay que hacer es seguir tocando, porque nunca sabes con que vas a romper y a hacer algo grande de verdad. Ese es nuestro motivo de unión, el sueño de que podemos hacer algo grande”, finaliza Diego, con el que el resto de los integrantes están de acuerdo.

Al Límite

Tres son los años que esta banda de rock salmantina lleva en activo, y tres son los músicos por los que está formada. Aficionados desde siempre a la música, el bajista Pepe, el batería Jorge y el cantante y guitarrista Fernando, decidieron unirse para hacer de su hobby, un trabajo. “A pesar de vivir en Salamanca, cada uno de nosotros hemos llevado vidas paralelas, hasta que decidimos juntarnos y sacar este proyecto adelante”, explica Fernando.

Ellos apuntan que vivir de la música es muy complicado, pero que actualmente la ciudad está viviendo una buena época, porque hay muchos grupos y se programa mucha música en directo. “Llevamos más de 200 bolos en tres años y suelen ser en Salamanca y alrededores. Queremos extender un poco el radio y ya tenemos conciertos programados en Gijón, Santander, Madrid y Bilbao. Hacer 70 conciertos en un año no es un hobby”, afirma Fernando. “Sin embargo, si algún chico joven está interesado en hacer música, yo le aconsejaría que se vaya fuera. Aquí hay muy buen nivel, ese no es el problema. El problema es que la gente no sabe apreciarlo”, agrega Pepe.

En enero presentaron su primer disco, pero no dudan en continuar haciendo lo que más les gusta, hacer música y fijándose nuevos objetivos: grabar un nuevo disco y salir de su zona de confort.

Toseka

“La idea era formar un grupo, pero sin altas expectativas. Caímos en gracia y siempre nos hemos sentido muy apoyados por el público”, afirma Cristian, batería de la banda de rock “Toseka”, al que también pertenecen Antonio y Rafa, los guitarristas, Fran el bajista y Joaquín el cantante.

El grupo, que surgió hace seis años, comenzó poco a poco dando su primer concierto en Peñaranda de Bracamonte, y siempre han concebido la música como un hobby. “Vimos que estábamos forjando algo un poco especial, todos estábamos ilusionados y empezamos a dar conciertos por la provincia”, explica Cristian. “Sin embargo todos tenemos trabajos a parte. No podemos vivir a día de hoy de la música”, añade el músico.

Con varias canciones propias, una de sus metas es sacar un sencillo, también por tener un recuerdo especial. Y lo que está claro, es que con trabajo e insistencia todo se puede conseguir.

Los Sinsong

El germen de este grupo se encuentra en la Universidad cuando, hace 20 años, un grupo de estudiantes universitarios decidieron reclutar a futuros miembros de la banda, para comenzar a ensayar y componer temas propios.

Manuel Sanabria con su voz y la guitarra junto a Óscar Llorente, Óscar Goichoechea al bajo, Luís Díez a la batería y Juan Carlos Gallego con los teclados, son los integrantes de esta banda salmantina que, después de haber sonado en algunas radios y haber actuado en varios conciertos, decidieron trasladar su centro de operaciones a Madrid, sobre todo porque muchos de ellos encontraron empleo allí. “A pesar de que algunos se fueron a Madrid, nunca nos hemos disuelto. Hemos seguido juntos porque hay un vínculo de amistad y complicidad entre los cinco, y también con gran parte del público, que son los que realmente han conseguido que no cesásemos nuestra actividad” explica Juan Carlos.

Son ya cinco los discos que han presentado, el último a comienzos de este año, y todos autoproducidos y de temas propios. Y aunque su lugar de encuentro ahora es la capital española, su etapa en Salamanca es para ellos un recuerdo imborrable.

La Batería de Intxixu

Cuatro amigos decidieron juntarse para disfrutar haciendo música hace tres años, y ya son diez los miembros que componen “La Batería de Intxixu”. Miguel y Diego con sus saxofones, Arturo y Juan con el trombón y la trompeta, a las baquetas Kike, Eloy y Natalia con sus guitarras, Julio con el bajo, Mario al piano y, finalmente David como cantante.

“Es difícil dedicarse a la música en los tiempos que corren, así que todos tenemos estudios y trabajos independientes al grupo”, explica Natalia. “En Salamanca ser músico es algo muy bonito porque se conoce muchos grupos, pero muy complicado, debido a las condiciones de las salas en las que se pueden hacer conciertos”, agrega.

Siempre con algo que hacer, esta banda salmantina de ska sueña con tener más presencia y sacar temas propios, con la ilusión de que la gente les escuche en sus casas.

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