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Lunes, 21 de noviembre 2022, 11:00
La monumental obra que el artista Florencio Maíllo ha realizado a lo largo de los dos años y medio para la Catedral de Salamanca por encargo del que fuera canónigo Daniel Sánchez, fallecido el pasado miércoles, ya está lista para ocupar su sitio en el contra altar del templo, aunque la fecha todavía no se ha determinado.
Con unas dimensiones dignas del emplazamiento que ocupará, está formada por tres grandes piezas que, una vez instaladas en su destino, compondrán una obra de ocho metros de altura por cuatro de ancho.
El deán de la catedral, Antonio Matilla, mostró durante la presentación de la pieza su satisfacción porque en poco tiempo pueda estar colocada en la Catedral: “Será un homenaje a Daniel Sánchez por su interés en el diálogo entre la fe cristiana y el arte contemporáneo y estará colocada en la trasera del retablo mayor, en una zona que va a sorprender al visitante porque es extremadamente austera y con una luz procedente de las vidrieras góticas que resaltará la saturación cromática de la pieza”.
El título de la obra es “El pensamiento ante el misterio de la Creación, de la Redención y de la Resurrección” y engloba tres temas “muy complejos”. Por ello, para abordar el desarrollo del mensaje que transmite la pieza el artista ha utilizado la técnica incáustica, piezas de aluminio para que sea un material incorruptible con el paso del tiempo, e incluso óleo. Florencio Maíllo explicó sobre la creación de este trabajo que es el quinto encargo que había recibido como artista: “No noy una persona de recibir muchos encargos y cuatro de ellos han tenido carácter religioso. Al recibir este me emocioné porque es una gran responsabilidad, por el lugar en el que va a mostrarse la obra y la potencia de la imagen, para que no sea mera decoración perecedera, sino que también interpelará al público con un mensaje simbólico y comunicativo”.
Presentes en la pieza están el Crucificado, los dos ladrones, una vista del perfil más reconocible de Salamanca, el pensador de Rodín, la Virgen María y decenas de detalles en forma de símbolos y alegorías religiosas, desde la presencia de salamandras, velas que representan distintas tradiciones, hasta varios textos en latín, algo que se entrelaza de manera natural con el carácter indiscutiblemente contemporáneo de la pieza.
Ente los guiños de la poliédrica composición de Florencio Maíllo incluso están presentes esquirlas de acero, que el autor comenzó a incluir al estallar la guerra de Ucrania, letras metálicas que componen la palabra ‘Salamanca’ e incluso fragmentos de celosía también de acero.
Por ahora, la laboriosa creación artística de Florencio Maíllo espera el momento para poder ocupar su emplazamiento ante el público, algo que se espera que pueda ocurrir a lo largo de los primeros meses del año que viene.
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