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El desarrollo de la biopsia líquida en Salamanca no sería posible sin la participación del IBSAL. Al margen de la coordinación de Rogelio González desde el punto de vista molecular de estos proyectos, también está el factor económico. Una buena parte del personal contratado para el desarrollo de este campo no lo paga Sacyl, sino que se financia a través de proyectos de proyectos competitivos de AECC, el IBSAL, la industria farmacéutica, etc. De hecho, el servicio de Oncología acaba de solicitar cerca de un millón de euros para la financiación de un estudio. “Es clave que estos avances se estandaricen y no dependan de la voluntad de unos cuantos. Tendría que ser algo sistemático en la Administración porque se está trabajando casi siempre con recursos privados”, opinan.
Uno de los últimos proyectos para el que se ha contratado personal específico estará centrado en los tumores de colon, mama y pulmón. “Vamos a utilizar la biopsia líquida al principio de un tratamiento y al cabo de un tiempo para determinar qué pacientes son los que responden a un tratamiento y cuáles no. Los que haremos es una secuenciación de todos los genes para ‘dibujar’ un perfil genómico con el que ya sepamos que quien tenga este tipo de perfil va a responder muy bien, y los que tengan este otro perfil no irán bien con ese tratamiento y tendríamos que valorar otra opción”, apunta el catedrático de Oncología, Juan Jesús Cruz.
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