El precio del diésel alcanza a la gasolina y alarma al transporte

El transporte de mercancías, al igual que el de viajeros, se encuentra en una de las situaciones más comprometidas que recuerda. Con el precio del diesel disparado a raíz de la invasión rusa de Ucrania, el trabajo diario se ha convertido en un auténtico rompecabezas para encontrar servicios que les resulten rentables. Prueba de la tensión que vive el sector es que el coste medio del gasóleo ha alcanzado prácticamente a la gasolina e incluso en algunas estaciones de servicio ya lo ha superado.

El precio más habitual en las gasolineras salmantinas alcanza ya el 1,89 euros por litro, solo un céntimo por detrás del de la gasolina 95, que está a 1,90. En lo que va de semana, el incremento de ambos combustibles se ha disparado, pero en especial el diésel. Si la gasolina 95 se ha encarecido 15 céntimos por litro desde el pasado lunes, el aumento alcanza los 22 céntimos para el gasoil.

Los expertos señalan que la guerra que ha declarado Rusia a Ucrania está afectando especialmente a este carburante. Las cotizaciones internacionales así lo reflejan, lo que ha acortado al mínimo la distancia entre el diésel y el gasóleo, que en enero solía rondar los 10 céntimos. La aceleración del gasoil ha supuesto que algunas gasolineras de la provincia ya tengan un precio más elevado que el de la gasolina y es de prever que el resto de este paso en los próximos días. Incluso este viernes ya había una estación de servicio que ofrecía el diésel a 2,01 euros por litro, la primera vez que se supera esta barrera.

Los efectos en el transporte de mercancías han sido instantáneos. Antes de la invasión de Ucrania ya estaban sufriendo por el alto precio de los carburantes, lo que motivó un acuerdo con el Gobierno para introducir la actualización de los contratos con los cargadores, pero la escalada actual les ha colocado en una situación desconocida.

Los profesionales afirman que están rechazando muchos más servicios que antes porque lo que les ofrecen las empresas no cubren todos sus gastos o apenas dejan margen de beneficios. El problema se registra especialmente en los retornos. Llevar una carga a Madrid, por ejemplo, sí resulta rentable, pero conseguir un servicio en el viaje de vuelta a Salamanca o a un lugar cercano —para no hacer un gasto excesivo en combustible— se ha complicado en los últimos días.

Los transportistas señalan que el coste se ha disparado a cotas inimaginables. Para un camión que consuma 35 litros cada 100 kilómetros, la media de gasto en diésel ha pasado en solo un año de 42 a 66 céntimos por kilómetro. Un aumento que intentan trasladar a los clientes, aunque una parte de ellos se muestran reacios a atender sus demandas o al menos una parte, por la consiguiente repercusión que tendría en los precios de sus productos. De ahí que reclamen más medidas al Gobierno que logren frenar la actual escalada de precios, entre ellas la reducción de la carga impositiva sobre los carburantes.

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