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Jueves, 31 de marzo 2022, 21:34
El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el proyecto de real decreto de la ESO que establece el contenido que tienen que aprender de forma obligatoria los alumnos de entre 12 y 16 años. La principal novedad radica en la asignatura de Historia, ... ya que, por primera vez en la legislación educativa, el Ministerio de Educación no detalla los hechos históricos que deberán conocer los estudiantes y, además, ya no se estudiará Historia de forma cronológica, sino por bloques temáticos. Además, desaparece la Filosofía en esa etapa obligatoria y las Matemáticas tendrán un enfoque ‘socioafectivo’.
Buena parte del profesorado de Historia desaprueba el cambio. “El rechazo es evidente porque nos parece gravísimo ya que entendemos que si hay una ciencia que debe ser estudiada cronológicamente es la Historia. No podemos entender la Revolución Francesa sin entender qué ha sucedido antes”, asegura Soledad Tena, coordinadora del grado en Historia de la Universidad de Salamanca y profesora del área de Historia Medieval, y añade contundente: “Estamos asombrados y tenemos miedo de la formación que van a recibir los estudiantes antes de llegar al Bachillerato porque parece que se eliminan muchos temas que nos parecen fundamentales, no ya para conocer el pasado, sino para poder entender la sociedad hoy en día. No tiene ningún sentido mezclar los esclavos del antiguo Egipto con los obreros de las fábricas de la revolución industrial en Inglaterra”.
“Toda reforma que no se haga a través del diálogo con los agentes educativos, y en especial con los profesores, está condenada al fracaso”, apunta como opinión personal el profesor Iñaki Martín Viso que dirige el Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la institución académica salmantina, aunque se muestra confiado en que los profesores adapten de forma adecuada los cambios.
De “concepción moderna” habla, sin embargo, el decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca, José Luis de las Heras y defiende que, aunque la cronología es fundamental en la historia, los niños de la ESO aún no entienden bien esa concepción. “Lo más importante es que se consigan habilidades y valores, que no sean aprendidos, sino que los interioricen los alumnos”, defiende el catedrático de Historia Moderna que también resta importancia al hecho de que no figuren algunos temas puesto que, señala, “las comunidades fijarán un 40% del temario”.
Su visión choca con la de profesores como Soledad Tena, que insiste: “Personalmente, estoy totalmente en contra, me parece una aberración, también que quiten la Filosofía y que en Matemáticas hayan eliminado contenidos que para la vida diaria no son importantes, pero sí para amueblar bien la cabeza que es lo que necesitan los chavales porque luego llegan a la Universidad con muchas carencias”.
Como coordinadora del grado en Historia, Tena recuerda que en la facultad el grado sigue una cronología de acuerdo a las áreas reconocidas por la UNESCO, por lo que insiste: “No entendemos esta decisión que es muy importante porque afecta a todos los estudiantes”. En este sentido, De las Heras reconoce que no le parecería bien que el cambio se hubiera hecho en Bachillerato o en la Universidad.
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