El panadero tradicional, una ‘especie’ todavía más en peligro de extinción

De mal en peor. La subsistencia del panadero tradicional tal y como lo hemos conocido en las últimas décadas tiene los días contados según relatan los propios profesionales consultados por este periódico.

La subida de los precios de la materia prima y de el coste del gas y la electricidad hace inviable la continuidad de numerosos negocios de estas características en la ciudad, tal y como indicó a este diario la representante del gremio en la provincia, Cristina González Egido.

Los panaderos de gran parte de España hicieron este martes un parón en su actividad. De 12.00 a 12.20 horas apagaron sus hornos para manifestar su indignación por la situación de desamparo que atraviesan. Los salmantinos, al igual que ocurrió en el mes de octubre, no secundaron la medida al considerarla “absurda”, aunque comparten todas las reivindicaciones que plantea la plataforma en el ámbito nacional.

Cristina González explicaba la última “faena” a la que están siendo sometidos los panaderos. Desde el pasado día 1 el IVA del pan ha pasado del 4 por ciento al cero, algo que a priori puede parecer positivo para todos y que sin embargo para muchos de los negocios es un palo más en la rueda: “Nosotros compramos la materia prima con IVA hace tres semanas con IVA y sin embargo ahora no podemos añadir ese porcentaje al pan porque no solo impiden. Al final son más pérdidas para nosotros”.

Según relata esta profesional, que forma parte de la tercera generación de una familia panadera arraigada en la capital, el coste de producir una barra de pan se ha incrementado un 50 por ciento en apenas un año y lejos de repercutir este porcentaje en el cliente al final solo lo han hecho en torno al 20 por ciento.

Los panaderos han optado por reducir los beneficios ante la imposibilidad en muchas ocasiones de competir con el pan horneado que se vende en muchos supermercados, con menor calidad y elaboración. En opinión de la presidenta de la asociación de los panaderos salmantinos, a pesar del boom de los últimos años en los que se consumió una gran cantidad de este pan “precocido” ahora se ha vuelto a demandar el pan tradicional, lo que permite subsistir a muchos de estos negocios.

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