El lado positivo de ómicron, según los virólogos

Hay algo que pone de acuerdo a los especialistas a la hora de valorar esta sexta ola y es que el alarmismo al que conllevan las cifras de contagio no parece justiciado.

Ana Fernández-Sesma, la prestigiosa viróloga salmantina del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, lo tiene claro: “No es normal este alarmismo, pero creo que todo ha sido demasiado prematuro y ahora es difícil calmar a la gente”.

“Las vacunas funcionan para lo que ya se sabía: proteger de la enfermedad grave, de la hospitalización y de la muerte”. Además insiste: “Hay más contagios por ómicron, pero no están siendo más graves”, apunta.

Su pareja, el también virólogo del Monte Sinaí, Adolfo García Sastre, ha pronosticado en sus últimas entrevistas que “probablemente, el coronavirus acabe causando no covid, sino un catarro” y añade que cuando esto se pueda afirmar, que el SarsCov2 origina entre lo vacunados una enfermedad similar a un resfriado, supondrá un gran alivio psicológico para la población”. La pareja de científicos se muestra confiada, o al menos esperanzada, en que “estas serán las últimas navidades que pasaremos juntos”.

Otros investigadores y científicos dan un paso más e interpretan que la presencia de ómicron puede ser el principio del fin: la ‘vacunación’ mundial por la vía natural. El neumólogo -también del Monte Sinaí- Javier Zulueta afirmaba en Antena 3 que ómicron “es un virus diferente, muy transmisible pero que produce cuadros leves. Es peligroso para personas mayores o con inmunodeficiencias” y añadía: “Se va a infectar tanta gente que esto podría dar lugar al final de la pandemia”, lo que conlleva a pensar que podría ser el final de la pandemia.

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