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Establecimientos de comida y gasolineras sufren escasez de hielos para la venta a clientes. MANUEL LAYA
El hielo se agota en Salamanca: “No habíamos visto esta situación en la vida”

El hielo se agota en Salamanca: “No habíamos visto esta situación en la vida”

Algunos proveedores rebajan la venta en locales de alimentación o gasolineras para cubrir la demanda de la hostelería | El problema de escasez aumenta respecto a la semana pasada

Jueves, 11 de agosto 2022, 13:30

La limitación de venta de bolsas de hielo por cliente en algunos supermercados anunciaba ya la semana pasada un cercano ‘apocalipsis’ que terminaría con las reservas de hielo con que se abastecen a Salamanca. A pesar de que trabajadores como Ángel Alonso, de una empresa distribuidora de hielo de la provincia no atribuía mucha gravedad al asunto y calificaba de “psicosis” lo que se estaba viviendo, la situación parece estar llegando a límites que no esperaba hace tan solo siete días. Su compañero Iván Sierra reconocía ayer que en los 14 años que llevan con el negocio no se habían enfrentado a esta escasez nunca. “No habíamos visto esto en la vida”, expresó a este diario. En la misma línea opinan Óscar Vaquero y Fernando Mangas, dos empresarios más veteranos en el negocio que llevan repartiendo hielo por la provincia desde hace 38 y 32 años, respectivamente. “Algo parecido pasó en 2003, pero mis clientes estaban cubiertos en todo momento, y ahora no llego a satisfacer toda la demanda”, reconocía Mangas.

“El resto de establecimientos puede vender otras cosas, pero los bares si no tienen hielo tienen que cerrar”

Ante las dificultades para poder abastecer a los negocios, la empresa en la que trabaja Sierra ha optado por priorizar la venta a los establecimientos de hostelería frente a locales de alimentación o gasolineras. “El resto puede vender otras cosas y seguir ganando dinero, pero los bares si no tienen hielo tienen que cerrar”, argumentaba Sierra. En el caso de los veteranos, han optado por no atender a clientes nuevos y limitar su venta a los habituales. Y, aún con esas, Mangas reconoce que con su “pequeño” negocio local no consigue satisfacer toda la demanda, lo que también aumenta el miedo de perder a sus clientes. “Las grandes marcas, que son las que han provocado esta situación, ahora vienen de salvapatrias y, en dos días, conseguirán restablecerse, cubrir toda la demanda que haya mientras que nosotros no podremos recuperarnos tan rápido y perderemos a esa clientela que se irá con ellos”, lamenta.

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