El fuerte viento y el calor impiden dar por controlado el incendio de Monsagro

Un incendio en el que durante la jornada de ayer se mantuvieron las labores iniciadas la víspera, con la estabilización de los frentes, centrándose los efectivos destacados en la zona en la perimetración de la superficie quemada y el refresco de los puntos calientes, con el objetivo de evitar las temidas reactivaciones.

Desde que entró en la provincia de Salamanca la madrugada del martes de la pasada semana este pavoroso incendio ha arrasado más de 9.000 hectáreas en los términos municipales de Monsagro, Serradilla del Llano, Serradilla del Arroyo, El Maíllo y Morasverdes, así como en la entrada al valle de Las Batuecas, en La Alberca.

Un siniestro que obligó a las administraciones públicas a instalar un Puesto de Mando Avanzado de la Junta de Castilla y León, en primer lugar, en el Paso de los Lobos, y a trasladarlo ya convertido en Mando Unificado de Extinción, para coordinar los efectivos de la Junta, Diputación provincial de Salamanca y Gobierno central, situándose en la localidad de El Maíllo.

La mejoría en las labores de extinción y control permitieron que a última hora del pasado domingo se pudieran replegar los medios y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para su destino a otras zonas de Castilla y León y Extremadura que sufren grandes incendios.

Mientras, efectivos de tierra así como vecinos de las zonas afectadas recorren los extremos de la superficie calcinada para dar con aquellos puntos calientes, en los que todavía quedan brasas, para sofocarlos y evitar que el viento pueda llevarlos a áreas que afortunadamente han quedado libres y provocar reproducciones.

Precisamente, estos fuertes vientos han hecho que se mantengan las evacuaciones decretadas la pasada semana para las localidades de Monsagro (desde el martes, día 12) y Guadapero (desde el viernes, día 15).

De igual forma, y ante la continuidad del peligro de reactivaciones, la congregación de Carmelitas del convento del Desierto de San José de Las Batuecas, tomó ayer la decisión de trasladar a los monjes a la casa de Alba de Tormes, “porque aunque la situación parece que está controlada, surgen brotes de fuego y la zona sigue acordonada”, señaló ayer el prior carmelitano, padre Miguel Ángel, que afirmó que “es imprevisible cuándo podrán volver a establecerse de nuevo allí”.