El frío obliga a redoblar la cruzada contra los estorninos

La entrada del primer frente frío del año ha obligado al Ayuntamiento de Salamanca a redoblar los esfuerzos en la lucha contra la plaga de estorninos de la ciudad. Se trata de aves migratorias con preferencia por las zonas verdes de las urbes, donde encuentran abrigo y algo más de calor por las noches. Si ya desde el verano un equipo trabajaba para tratar de ahuyentar a los ejemplares de la capital del Tormes, desde el pasado miércoles son tres las cuadrillas que recorren los puntos con una mayor densidad de población para expulsarlas.

Según fuentes del Consistorio, esta segunda fase de la campaña se desarrolla ante la espera de que lleguen nuevos ejemplares de estorninos pinto procedentes del centro y del norte de Europa. Su objetivo es disuadir al mayor número de aves posible, incomodándolas para que no acudan de nuevo a la ciudad donde molestan a los ciudadanos con el ruido que generan y ensucian calles y mobiliario urbano. Cabe destacar que las tareas se desarrollaran desde las 18:00 horas hasta las 23:00 horas, una vez que ha anochecido y los ejemplares acuden al calor de la urbe para dormir. Las cuadrillas, además de personal, cuenta con un vehículo con megafonía móvil, sistemas de luces láser para asustar a los ejemplares, además de halcones, rapaces también se han mostrado muy efectivas.

Son las armas con las que llevan trabajando desde el verano en las zonas de mayor asentamiento de esta especie. Según los informes de la Administración municipal, los puntos que actualmente tienen una mayor densidad de estorninos son: el parque de La Alamedilla, la avenida de Portugal, Torres Villarroel y Carmelitas. Con una presencia menor, pero aún así alta, se encuentran las áreas de la plaza de Colón, parque Picasso y avenida Reyes de España, junto al río Tormes. Según el área de Salud Pública que encabeza la concejala María José Fresnadillo, actualmente la colonia salmantina está integrada por cerca de 20.000 ejemplares, una cifra que dista mucho de los cerca de 300.000 que se han llegado a contabilizar años atrás, lo que demuestra, a juicio de Fresnadillo, que el sistema de control funciona. No obstante, todo apunta a que en las próximas semanas la cifra se va a incrementar con la llegada de los ejemplares procedentes de las zonas más frías del continente europeo.

Aunque las bandadas de estorninos son las más abundantes y llamativas, por las nubes negras que generan sobre todo al anochecer para acudir a los dormideros de la ciudad como al amanecer para volver al campo, no es la única plaga que ocupa a los servicios municipales. Las urracas y las palomas torcaces son otras especies que es necesario controlar.

Según Fresnadillo, el modo de actuar con las urracas es muy similar al de los estorninos, con ruido para incomodarlas a la hora de acudir a los dormideros, mientras que en el caso de las palomas torcaces la acción se centra en el sistema de poda de los árboles de la ciudad en los que anidan. En este último caso, la encargada de gestionar su presencia es la empresa de inserción social salmantina La Encina.

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