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Prácticas realizadas en los quirófanos de la Universidad. ALMEIDA
El fin del dolor gracias a la electricidad: la ambiciosa práctica de los anestesiólogos salmantinos

El fin del dolor gracias a la electricidad: la ambiciosa práctica de los anestesiólogos salmantinos

Los anestesiólogos del Hospital forman a médicos de otras comunidades | Un electrodo junto a la columna neutraliza el dolor neuropático

Lunes, 13 de marzo 2023, 11:26

La Unidad del Dolor del Hospital de Salamanca comparte con médicos de otras comunidades sus años de experiencia practicando la estimulación medular: la colocación de unos electrodos en la espalda que, mediante pequeñas corrientes, son capaces de interrumpir esa sensación de dolor.

Cientos de salmantinos sufren dolores que no se pueden resolver con cirugías -porque no hay nada rato- ni tampoco con morfinas y opioides porque es un dolor causado por un daño en el sistema nervioso.

Desde hace años, los anestesiólogos del Complejo Asistencial emplean una técnica que se ha ido perfeccionando y que están enseñando a médicos de Galicia, Mallorca, Andalucía, Madrid y Cataluña.

El coordinador de la Unidad del Dolor, Francisco José Sánchez Montero, detalla el procedimiento: “Colocamos unos electrodos -del tamaño de una moneda- en el espacio epidural, que con pequeñas corrientes estimulan la médula espinal y modulan el dolor de estos pacientes”.

Los primeros modelos de electrodos empleados en el Hospital podían producir una sensación de hormigueo -como cuando una pierna se queda ‘dormida’- llamada parestesia, pero los últimos dispositivos ya han solucionado este inconveniente y son mucho más efectivos.

“Durante el viernes colocamos trasplantes en pacientes reales en el Hospital de Salamanca y los doctores que nos visitaron pudieron verlo para luego, en la jornada de este sábado, ponerlo en práctica en cadáveres en los quirófanos de la Universidad de Salamanca”, resume el anestesiólogo.

La colocación de este implante estimulador medular HFX Nevro es un procedimiento rápido -entre 60 y 90 minutos- que realizan los propios anestesiólogos y que, en función de la parte del cuerpo en la que se siente el dolor, se colocan a diferente altura. “Estos electrodos son válidos para prácticamente cualquier zona del cuerpo. Para dolores de brazos, piernas, manos, dolor cervical...”, relatan. La altura de la espalda a la que se sitúe es clave para anular ese dolor, pero los especialistas salmantinos también han conducido cables por debajo de los ojos para tratar dolores crónicos en el rostro.

Se trata de una técnica que realmente termina con dolores tan intensos que arruinan la vida de quienes lo padecen. “Los pacientes se van a casa para comprobar durante dos semanas si el procedimiento ha sido efectivo. Lo hacen con una batería externa. Si todo ha funcionado como se esperaba y no hay que retocar nada, entonces se le coloca una batería por debajo de la piel que se recarga de manera inalámbrica”, concluye Francis Sánchez.

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