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Martes, 26 de abril 2022, 19:41
El Complejo Asistencial de Salamanca está en pleno proceso de vaciado del Hospital Clínico para poder iniciar el derribo, a ser posible, durante el mes de mayo. Antes de tirar la enorme estructura es necesario achatarrar y reciclar materiales delicados como el amianto, la maquinaria o aquellas zonas del edificio en las que, en su día, hubo radiación o desechos tóxicos.
El ejemplo más cercano en el que puede y debe fijarse Salamanca es el del antiguo Hospital de Burgos. Fue un derribo ‘rápido’, pero en el que -al parecer-no se tomaron todas las precauciones necesarias. Según publica Diario de Burgos, “lo que no hizo la empresa que ejecutó el derribo del antiguo Hospital General Yagüe en 2016 tendrá que hacerlo el comprador del solar”. Es decir, “retirar todo el relleno de escombros que hay enterrado en el subsuelo y proceder a su gestión como residuo”.
Al parecer, la empresa navarra que derrumbó el centro sanitario burgalés abarató los costes del proceso rellenando la parcela con parte del material del propio derribo, que no retiró ni llevó a un centro autorizado. Esto obliga ahora a desenterrar buena parte de los escombros del viejo hospital y realizar un análisis del suelo que determine si existe o no descontaminación.
Fuentes del Hospital de Salamanca aseguran que en el Clínico el trabajo se ha venido realizando correctamente y “no hay residuos radiactivos porque ya se siguieron los protocolos del Consejo de Seguridad Nuclear” desde hace baste tiempo. El jefe del servicio de Radiofísica del Complejo Asistencial, Carlos Martín, viene registrando desde hace años todo lo que se hace con los residuos que se pueden considerar tóxicos, ligados a los servicios de Medicina Nuclear y Radioterapia, aunque desde Burgos hablan también de la posible radiación adquirida por las estructuras y búnkeres que rodeaban esas zonas específicas del hospital y que habrá que vigilar para no caer en el mismo error.
Fuentes hospitalarias puntualizan que, en contra de lo que se puedan pensar, los residuos tóxicos no son tanto los que generan las propias máquinas, sino los pacientes, que también expulsan desechos tóxicos después de haber recibido algún tipo de tratamiento oncológico.
El Hospital de Salamanca ha recurrido para el proceso a una empresa francesa que, según apuntan desde la Consejería de Sanidad, está especializada en acometer derribos delicados como el de un centro hospitalario. Desde Sacyl ya explicaron semanas atrás que la eliminación del Clínico será supervisada muy de cerca por los especialistas de Medicina Preventiva, así como por el departamento de Prevención de Riesgos Laborales -y tantos otros técnicos como sean necesarios- para garantizar que no se formen polvaredas tóxicas y que no haya contaminación en el ambiente que pueda afectar a los pacientes del nuevo Hospital de Salamanca.
El Clínico ya no tiene ningún tipo de actividad asistencial y apenas alberga a algunos profesionales que todavía tienen allí sus taquillas, aunque será por muy poco tiempo, dado que ya se ha levantado en una zona anexa una construcción modular para albergar taquillas y vestuarios de aquellos profesionales que no tenían su propio espacio dentro del nuevo edificio.
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