El ‘efecto pandemia’ estanca los nacimientos en Salamanca

La pandemia ha tenido múltiples efectos y uno de los que más afecta a Salamanca es el demográfico. En el primer año con el coronavirus los fallecimientos se dispararon a a cotas jamás vistas en la provincia, mientras que los nacimientos experimentaron un descenso más acusado en la última parte del año del que arrastran desde hace tiempo. Estos efectos se han mantenido de manera parcial en 2021. Las muertes están por encima de la media de antes de la covid, aunque lejos de las aterradoras cifras de 2020. En cambio, en los nacimientos no se aprecian mejorías.

Hasta noviembre habían nacido en Salamanca 1.566 bebés. Se trata de un centenar menos que en 2020 y casi 200 menos que en 2019. Con estas cifras, lo más probable es que la provincia no llegará a los 1.700 nacimientos en el conjunto de 2021, lo que marcaría un nuevo mínimo desde que el Instituto Nacional de Estadística ofrece datos.

Las consecuencias de la pandemia se notaron especialmente en los primeros meses del año, cuando debían nacer los niños que fueron engendrados en la primavera de 2020. El confinamiento domiciliario generó una gran incertidumbre económica, que todavía continúa sin despejarse, lo que ha llevado a muchas parejas a aparcar su deseo de formar una familia. Además, las clínicas de reproducción asistida estuvieron cerradas durante muchas semanas, procesos cada vez más utilizados al retrasarse cada vez más la edad para tener hijos.

Donde sí se aprecia un menor efecto de la pandemia es en los fallecimientos. En las 52 semanas de 2021 —a falta de los datos de los últimos días de diciembre— el balance asciende a 4.127 defunciones. Representa un incremento en comparación con los años anteriores a 2020, pero lejos de los 5.202 que hasta la semana 52 del año pasado se habían registrado. El aumento en comparación con 2019, por ejemplo, es de “solo” 84. La vacunación ha sido clave para que el impacto del coronavirus haya sido más leve en comparación con la primera y segunda ola y parte de la tercera, cuando comenzaron a administrarse las primeras dosis a los mayores.

Lo que evidencian ambos fenómenos es el grave problema al que se enfrenta Salamanca: las muertes superan en más del doble a los nacimientos, principal causa de la despoblación.

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