El cierre planea sobre los negocios de hostelería de la Plaza Mayor

La situación provocada por las restricciones impuestas por la Junta de Castilla y León a Salamanca para tratar de atajar los casos de contagios de Covid ha provocado una situación insólita: el cierre de varios negocios y la previsión de que algunos más se sumen en los próximos días, según han reconocido sus propietarios a LA GACETA. De momento, tres de ellos llevan varias semanas cerrando un día o un día y medio a la semana -algo que antes no ocurría, aunque se alude ahora a descanso del personal-, mientras que esta semana se han sumado dos nuevos locales. Uno de ellos anunciaba ayer el inicio de un periodo de vacaciones, mientras que otro cerró sus puertas el lunes, con la previsión de abrir solamente viernes, sábado o domingo, aunque no descartaba ayer prolongar el cierre.

A esta situación se llega después de que se hayan restringido los horarios de cierre a las 11 de la noche -a las 10 ya no pueden admitir nuevos clientes- lo que apenas permite servir cenas. Y para colmo, los establecimientos de la Plaza Mayor, habitual lugar de recreo de turistas, tampoco pueden acoger visitantes. Así las cosas, los empresarios apuestan por acogerse a los nuevos ERTEs de limitación, que permite beneficiar los seguros sociales al 100% durante este mes de octubre; al 90 en noviembre, y al 80% en diciembre y enero, con fecha de finalización del 31 de enero. Teniendo en cuenta que octubre, noviembre y diciembre son meses flojos por el frío, buena parte de los empresarios optarán por este mecanismo para intentar tener esperanza de vida a medio plazo. “La incertidumbre que vivimos es desesperantes, porque las normas pueden cambiar cada semana y todas son en contra. Necesitamos ayudas directas”, afirma uno de ellos. “Estamos aguantando unos días porque tenemos materia prima comprada, pero lo mejor es cerrar porque estamos trabajando a un 10% y así es imposible sobrevivir”, explicaba otro hostelero de la Plaza. “Veo con tristeza cómo apenas hay gente en la Plaza Mayor. Ya no que entren en mi negocio y vayan a otro, es que ni siquiera hay gente. La sensación es de estar muertos en vida”, lamentaba otro de ellos. “Lo peor de todo es que por lo hablamos entre nosotros, esto es solo el principio y en los próximos días van a ser muchos más los que opten por cerrar”, reconoce.

En todos los casos reconocen que las administraciones deberían destinar más fondos a ayudas directas al sector.

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