El cambio climático se nota en el Mercado Central de Salamanca

El mercado no es ajeno a una de las grandes complicaciones medioambientales a las que está siendo sometida la sociedad en los últimos tiempos: el cambio climático.

Especialmente el calentamiento global afecta al pescado. Solo hay que pasar por los puestos del Mercado de Abastos del centro de Salamanca para darse cuenta de que hay productos frescos que en otras épocas sería imposible encontrar.

El bonito del norte es uno de ellos. Llegado de Burela (Galicia) puede adquirirse de gran calidad y muy limpio al precio de 19,90 euros el kilo: “Está entrando prácticamente a diario y es algo muy extraño. Nunca lo habíamos visto en esta época del año y encima con una calidad extraordinaria”, señalaba Sonia García mientras atendía a los clientes. Las altas temperaturas del agua del mar han influido en que un pescado que fresco suele desaparecer de los mostradores de la pescadería en el mes de agosto luzca después del día de Todos los Santos.

El bonito del norte no es la única sorpresa en las pescaderías salmantinas en estas fechas. Se pueden comprar sardinas como si estuviéramos en plena temporada a 6,90 euros. Este pescado azul casi nunca llegaba al consumidor más allá de principios de septiembre y sin embargo no se espera que desaparezca pronto: “Otros años una sardina en esta época llegaría esquelética y solo hay que ver la grasa con la que llega ahora”.

A la fruta y a la verdura lógicamente les afecta la climatología. Este año el tomate de la tierra está dilatando su presencia en los expositores y si bien es cierto que cada vez entra en menos cantidad aún puede adquirirse a menos de dos euros en la mayor parte de los puestos del mercado. El caso contrario es la naranja de zumo procedente de levante que aún no ha hecho su aparición y la que ha llegado es aún muy ácida y bastante cara, ya que roza los dos euros el kilo.

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