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Salamanca cerró 2022 como el año más cálido de la historia. Ya es oficial. Si el verano hizo que durante tres días consecutivos del 14 al 17 de julio las marcas históricas se fueran rebasando de forma consecutiva (40,2º, 40,4º y 40,9º) la subida de temperaturas se ha mantenido a lo largo del año. El jefe de predicción y vigilancia de la Agencia Estatal de Meteorología, Jesús Gordaliza, señala que la temperatura media anual registrada en Matacán fue de 13,4 grados frente a los 12,3 registrados en el periodo de referencia entre los años 1991 y 2020.
El año que se cerró hace apenas unos días es calificado por la Aemet como ‘muy cálido’ con nueve meses en los que se superaron los valores medios previstos para esas fechas. Un ejemplo es diciembre que se valora como ‘extremadamente cálido’ al duplicar la temperatura media registrada en estas fechas: de los 4,9º en tres décadas a los 8,4º del mes con el que se cerró 2022.
El mes de julio fue el más cálido desde que se tienen datos tanto en temperatura máxima (35,1º) como en la media (24,2º)
Los récords no se han ceñido solo a las temperaturas máximas sino a las bajas que también han tenido su dosis de protagonismo. El 21 de mayo se registró la mínima más alta en ese mes en la historia con 18,1º. Aunque en Matacán no se registraron noches tropicales durante el pasado verano —aquella en la que la temperatura mínima no baja de los 20 grados— sí lo fue en la estación de Salamanca ciudad donde se dio este fenómeno hasta en siete ocasiones (2 en junio, 2 en julio y 3 en agosto).
En el otro extremo, tan solo un mes ha destacado por ser “frío” al tener un valor inferior a los habituales en los últimos 30 años. En ese caso, se produjo en el mes de abril con 9,9 grados de media frente a los 10,6 del periodo que se toma como referencia.
Durante este año también fueron llamativos los episodios de calima que se vivieron en Salamanca con polvo procedente del Sáhara. La primera llegó en el mes de marzo y provocó que la calidad del aire fuera la peor de las conocidas: el indicador de partículas nocivas en suspensión llegó a 803: casi el triple de lo que se considera como nivel muy peligroso para la salud. Aunque en otras ocasiones, también se habían registrado episodios similares de polvo en suspensión nunca habían llegado a estos límites insalubres. Aunque de menor intensidad se vivieron otros dos a lo largo del verano que llenó los capós de los vehículos y los tejados de un polvo anaranjado.
A nivel de precipitaciones, las lluvias del mes de diciembre en la estación de referencia de Matacán han provocado que incluso se supere la media de los últimos treinta años. Durante el año en la base meteorológica se registraron 378,5 litros por metro cuadrado frente a los 359,9 de media por lo que entra dentro de la “normalidad”, según califican desde la Aemet. Sin embargo, para llegar a estos datos ha sido necesario que en el último mes del año se hayan triplicado las precipitaciones respecto a lo que suele ser habitual (87,6 litros frente a los 36,1). De hecho, la mitad de los meses del año se han calificado como “secos o muy secos” frente a solo dos (abril y diciembre) que han sido “muy húmedos”). El mes en el que se produjo un mayor contraste fue en mayo del pasado año: frente a los 38,5 litros que suelen recogerse en Matacán, en el quinto mes del año solo fueron 3,2 en una primavera que calificó la Aemet como “muy seca”. Lo mismo ocurrió con el inicio de año y unos pírricos 6,3 litros.
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