Dos salmantinos en Cáritas Marruecos: «Los pueblos quedaron arrasados»

Hace unos meses que Cáritas Marruecos es una realidad. En el país existían tres circunscripciones eclesiásticas y desde el pasado mes de julio, que se firmaron los estatutos de la reciente organización, un grupo de cinco trabajadores y voluntarios luchan para dar una respuesta a dos grandes realidades. Lo hacen desde 'el paraguas' de la nueva Cáritas Nacional: la emergencia derivada del seísmo del pasado mes de septiembre y la intervención durante los procesos migratorios de marroquíes y subsaharianos hacia el norte. En 2023 se cobró la vida de 6.000 personas en una de las rutas más homicidas que existen.

Álvar Sánchez, jesuita y secretario general de la recién creada Cáritas Marruecos y Maje Martín, charra y técnico de Cáritas Marruecos, llegan a Salamanca para dar testimonio humano de su labor. Su intervención del pasado viernes, a la que acudieron voluntarios de Cáritas Salamanca, pretendió ser un grito a la esperanza y una invitación a establecer lazos de unión con el sur para conocer otras realidades y contribuir a la dimensión universal de la caridad.

Álvar Sánchez vivió en primera persona la hambruna de Etiopía en los años 80. Eso le marcó profundamente con 12 años. Cuando creció, se sintió atraído por la vida apostólica: «Me imaginé tratando de mejorar la vida de las personas que se ven violentadas por el sufrimiento», afirma. Se incorporó al Servicio Jesuita a Refugiados y estuvo en el Congo, en Ruanda, en Sudán del Sur y en Bolivia. En 2018, llegó a Marruecos y reside allí desde entonces: «En la medida que cuidamos y nos dejamos cuidar, hay algo que llena de sentido nuestro vivir», reconoce.

El pasado mes de septiembre, Marruecos afrontó un terremoto de gran magnitud que supuso «una de las crisis más grandes y más importantes de la historia del país», asegura Sánchez. En aquel momento, las Cáritas existentes no estaban preparadas para dar una respuesta organizada y Cáritas Marruecos estaba en proceso de construcción todavía: «Más de 3.000 personas fallecieron, 5.000 resultaron heridas, hubo un desplazamiento importante de personas y las comunidades bereberes dispersas quedaron totalmente arrasadas. En la zona más afectada aún no teníamos equipos sobre el terreno, no nos conocían y sentimos impotencia por no saber cómo afrontar la situación», se lamenta el secretario general.

La Confederación de Cáritas les tendió su mano y lanzó una emergencia internacional: «Cáritas España movilizó 150.000 euros para atender la emergencia humanitaria provocada por el terremoto. Lo mismo ocurrió con otros países de Europa», afirma. El momento más gratificante para Cáritas Marruecos fue cuando la población civil decidió volcarse con los afectados. «Tomaron un rol muy activo. Los coches cargados de ayuda humanitaria de familias marroquíes llegaban y llenaban la catástrofe de esperanza», reconoce.

Otra de las grandes áreas de trabajo es la ruta de acceso a España hacia las Islas Canarias. Muchas personas quedan malheridas, naufragan o están de tránsito en el país. Cáritas Marruecos realiza intervención y acompañamiento desde un enfoque de género e infancia. «Realizamos una labor de acogida y escucha, sensibilizamos en materia de higiene, salud, derecho y maternidad. Además, tenemos una línea específica de atención médica que es la mayor demanda», manifiesta Maje Martín. La técnico de Cáritas Marruecos pone el foco en la protección de la infancia: «En esos procesos migratorios hay mujeres embarazadas o con bebés. El seguimiento y la distribución de alimentos, pañales, leche infantil o mantas es fundamental», afirma.

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