Dificultades para tener perro y tiendas asfixiadas. Las consecuencias de la Ley Animal

La imposición de multas por abandonos, la disposición de unos recursos concretos para garantizar el cuidado de los animales de compañía, la prohibición del maltrato y del sacrificio, el adiós a su cría, a su comercialización y a su exhibición en las tiendas, la esterilización de las mascotas que habiten fuera del interior de una vivienda o el certificado que los dueños de los perros tendrán que tener sí o sí para quedarse con ellos en su casa. Estas son algunas de las claves de la nueva Ley de Bienestar Animal, a la que ayer se dio luz verde en el Congreso de los Diputados después de que Unidas Podemos cediera tras varios meses poniendo distintas trabas para su aprobación por la exclusión de los perros de caza.

Sin duda, este último era el aspecto más polémico de esta nueva disposición, cuya aprobación continuará ahora en el Senado, pero también deja olvidados a colectivos como el de los veterinarios o el de los propietarios de las tiendas de animales, que se verán asfixiadas ante la limitación que supone para muchas familias el hecho de no poder tener en sus casas cobayas, conejos, chinchillas, tortugas, serpientes, arañas, iguanas, camaleones o lagartos, entre otros animales, y que se traducirá en la pérdida de varios puestos de trabajo.

De entre las personas que se verán damnificadas por esta legislación, hay que destacar, además, las dificultades económicas que podrían tener las familias que cuentan con una mascota como un perro en su casa, ya que, una vez que entre en vigor, cada propietario deberá contar con un certificado de adistramiento de su perro o que hacer frente a los gastos que podría suponer sus cuidados paliativos en el caso de que sufriera alguna enfermedad degenerativa. Además, los propietarios de perros no podrán dejar sola su mascota en su vivienda durante más de 24 horas y, con la nueva ley, no podrán restar en balcones, sótanos, terrazas o coches.

Respecto a los animales que han quedado excluidos de la norma, hay que señalar que, junto a los perros de caza, estarán los canes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o de las Fuerzas Armadas, los de pastoreo o los de guarda del ganado, que figuran en la lista junto a los que son utilizados en espectáculos taurinos por ser considerados un bien inmaterial y patrimonio cultural y a los que son destinados a la investigación y experimentación. Sobre esta salvedad, se ha pronunciado el presidente de la Federación de Caza de Salamanca, Javier Tendero, que ha confesado que, tras el debate al que se ha sometido la normativa en el Congreso, los cazadores han respirado con alivio al no estar incluidos los perros de caza. “A los cazadores, directamente, nos gustaría que la ley fuese tumbada porque creemos que es una aberración y que, realmente, no mira por el bienestar de los animales sino todo lo contrario. Todos aquellos que tengan un perro en casa se van a ver perjudicados en cuanto entre en vigor”, asegura Tendero para LA GACETA, recalcando, además, que, hasta ahora, la nueva Ley de Bienestar Animal ha tenido más de 600 enmiendas y producido manifestaciones lideradas por veterinarios, científicos, cazadores o ganaderos, entre otros. En esta misma línea, se mantienen algunos propietarios de dichos perros que manifiestan a este periódico que son animales de compañía como lo puede ser cualquier otro y que, cuando un cazador dispone de un perro así, se implica igual o mejor que otros propietarios en sus cuidados.

La visión que se tiene desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es algo distinta, ya que, desde la Unidad Canina de la Policía Local de Salamanca, la percepción es que esta aprobación no va a perjudicar para nada a los agentes, ya que, pese a que en la ley se expresa el requisito imprescindible que supone el hecho de que la Policía debe contar con adiestradores para sus perros, hay suficientes efectivos en el cuerpo que pueden afrontar dicho papel.

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