Aunque están a punto de cumplirse ya noventa años de su fallecimiento, lo cierto es que la figura del intelectual vasco y rector «eterno» de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, sigue dando sorpresas. Especialmente en lo concerniente a su labor literaria. Y es que a los cientos de escritos y estudios realizados sobre su vasta producción, raro es el año en el que no afloran nuevos escritos desconocidos o perdidos. Este es el caso de las dos narraciones que acaba de hacer públicas en su último número la revista «Hélice», centrada en los estudios sobre ficción especulativa.
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Dicha publicación incluye dos relatos «desconocidos» de Miguel de Unamuno que ven la luz en castellano e italiano. Se trata de las partes segunda y tercer de la serie «Las peregrinaciones de Turismundo», una especie de novela por entregas, en forma de viaje imaginario, que el propio Unamuno escribió por encargo de la revista milanesa «Il Mondo». Por tanto, dos textos que vieron la luz en su día en dicha revista a finales de 1919 y principios de 1920, pero a los que se les había perdido la pista.
Ahora, gracias al investigador y editor Mariano Martín Rodríguez, estos dos relatos, de los cuatro o cinco que conformaron aquel proyecto, vuelven a ver la vida. Y es que el primero de ellos, «La ciudad de Espeja» fue publicado también en castellano en «Los Lunes de El Imparcial» en enero de 1921, según recoge Manuel García Blanco en sus «Obras completas» de Unamuno (1958).Pero también se habla de una cuarta entrega bajo el título «Tumicoba, gupimboda y fafiloria», que es presentada como inédita. De la quinta entrega, de la que habla el profesor Vicente González, no se sabe nada.
Por tanto, las dos narraciones que reviven ahora son «La montaña Queda» y «El rosal de cartujo», textos escritos «para el público italiano», afirma Martín Rodríguez.
Aunque nada se sabe, hasta la fecha, de los textos originales, estas dos narraciones son inventadas, simbólicas y tendentes a la alegoría. «Son, por tanto, relatos ficticios, fruto de la imaginación, diferentes a las descripciones de viajes reales que Unamuno hace en sus libros de ruta», aclara Francisco Blanco Prieto, presidente de la Asociación Amigos de Unamuno de Salamanca, para quien estos textos, sin ser «algo desconocido», mantienen el interés de los especialistas.
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