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El proyecto de «rescate» y reconversión de la villa neobarroca de 1926 que se encuentra en el número 36-38 de la avenida de Italia pasa por el completo desmontaje de la fachada para, una vez vaciado el interior de la construcción, reconstruirla al detalle. El avanzado estado de deterioro de algunas molduras impedirá su reaprovechamiento en el futuro edificio de viviendas. Por ello, los promotores realizarán un «exhaustivo y minucioso» escaneado láser con un equipo de corto alcance que registre sus geometrías con una resolución de milímetros. Se realizará desde los andamios de forma previa al desmontaje y posteriormente se procesará toda la información para la obtención de modelos 3D que puedan ser utilizados para el diseño de piezas exactamente iguales.
Así lo explica el proyecto de desmontaje y vaciado interior de este inmueble al que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) le confiere una protección estructural. Este documento será analizado este viernes por la Comisión Técnico-Artística del Ayuntamiento de Salamanca, órgano que, de momento, solo daría el visto bueno a los trabajos para el vaciado del inmueble. Para la construcción en ese mismo solar y en el contiguo de los edificios de 6 y 18 viviendas bajo los que habrá un parking de 75 plazas, los promotores deben presentar todavía un proyecto de ejecución en el que se detallarán los pasos para la reconstrucción de la fachada histórica.
El proyecto de vaciado explica que, una vez colocados los andamios, se procederá a desmontar las rejas de antepechos de ventana, así como la puerta de reja y los balaustres de la escalera interior, que serán repuestos en la futura construcción. También se desmontará el mirador y los elementos decorativos de la fachada. No obstante, el documento ya matiza que estas piezas realizadas en piedra artificial presentan «un importante deterioro y corrosión» que, aunque se extremen las medidas para su extracción, es probable que no puedan salvarse. Entre ellos, se encuentran la columna y el falso arco del mirador, los antepechos y las celosías, los pináculos y remates, los balaustres, y las molduras y las cornisas. También los torreones serán desmontados de forma manual.
Después de todas estas labores se procedería ya al vaciado interior de la construcción que se encuentra muy deteriorada. Hay que tener en cuenta que posteriormente será necesario excavar en el solar para la construcción del aparcamiento subterráneo. Cuatro meses será la duración prevista de las obras de desmontaje, que supondrá a los promotores un desembolso superior a los 95.000 euros.
Solución a casi una década de litigio
Por su carácter histórico y al ser un ejemplo singular del neobarroco, el PGOU confiere a esta casona de titularidad privada una protección estructural. Es decir, obliga a conservar su estructura, mantener las fachadas, repetir las cubiertas y respetar los elementos originales. Dado su decadente estado, en agosto de 2015 el Área de Urbanismo exigió a la familia propietaria que procediese a su rehabilitación. Lejos de restaurar el decadente palacete, una constructora solicitó un año después su declaración de ruina alegando que se había echado a perder por insuficiente mantenimiento. De haber aceptado esa solicitud, se habría facilitado la remodelación del inmueble para darle un nuevo uso, pero no se habría garantizado la conservación de sus elementos originales. Pasó casi otro año hasta que el Servicio de Inspecciones y Obras del Consistorio rechazó declarar en ruina la villa barroca. Lejos de ello y de permitir una reforma integral del palacete, la Concejalía de Fomento, con Carlos García Carbayo entonces a su frente, exigió a los dueños que sufragasen las obras necesarias para restablecer las condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y habitabilidad de la casona. Entonces le daba un plazo de un mes para pedir licencia para la restauración y cifraba el coste de la intervención en unos 297.402 euros. No solo no se restauró el edificio, sino que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) obligó al Ayuntamiento de Salamanca a pagar una indemnización de 590.000 euros a los propietarios del inmueble por los perjuicios que le ocasionó la protección a la que se sometió al edificio, una catalogación que se incluyó en el PGOU de 1984 cuando gobernaba el socialista Jesús Málaga y que se mantuvo en la revisión de 2007. Los dueños pedían 1.625.000 euros y la sala de lo contencioso-administrativo les reconoció una tercera parte. El fallo consideraba que «la limitación singular impuesta por la catalogación del inmueble [...] ha supuesto una reducción del aprovechamiento».
Todo ello no revocaba la orden municipal de rehabilitar el edificio. En octubre de 2018 y en julio de 2019, la promotora presentó un en el Ayuntamiento un anteproyecto y un proyecto básico de la recuperación del palacete como edificio de viviendas, y en ambos casos los técnicos apoyaron la intervención salvo por el garaje subterráneo previsto. Finalmente, en 2023 se permitió el aprovechamiento subterráneo de esta parcela de la avenida de Italia puesto que el edificio va a ser desmontado completamente antes de la excavación. Por tanto, se autoriza la construcción de tres plantas por debajo de rasante bajo el palacete. Este acuerdo permite sacar adelante la intervención que será aprobada el martes y que permite a las arcas municipales recuperar parte de la indemnización que pagó en 2017.
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