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Martes, 21 de junio 2022, 13:07
Casi a las dos de la mañana del sábado 14 de mayo, no podían conciliar el sueño. Los ladridos del perro del vecino se oían como si estuviese en su salón. Los agentes municipales acudieron a su llamada y, a pesar de estar en el domicilio contiguo de la avenida Saavedra y Fajardo, el can emitía unos sonidos que alcanzaban los 49 decibelios, 27 más de los permitidos para un ambiente interior, como es un dormitorio en horario nocturno. Se trata de una infracción muy grave analizada en la Comisión de Medio Ambiente de la semana pasada y a la que le corresponde, por ahora, una multa de 300 euros. Una hora antes de ese mismo día de mayo, los agentes municipales habían acudido a la calle Jamaica, donde las voces y golpes que se registraban en un bajo excedían en 12,6 decibelios lo permitido. A los responsables, se les impondrá la misma sanción. Un día después, en Bermejeros, la música en una vivienda impedía el sueño de los vecinos a la una de la mañana. El viernes anterior, la denuncia era en la paseo de San Vicente por voces y ruidos. Y el jueves posterior, a las cinco de la mañana los vecinos de la calle Batalla del Salado llamaron a la Policía por las voces, gritos y música que se escuchaban en el piso de a al lado. Son los expedientes por exceso de ruido abordados en la pasada comisión de Medio Ambiente. La media de este año soncasi cuatro denuncias por semana, muy similar a la que se registraba en la pandemia, el año con más expedientes tramitados por este motivo.
Aunque, por ser los más numerosas, las denuncias por exceso de ruido se vinculan con fiestas de jóvenes en viviendas de alquiler, no son las únicas. Quizá la más polémica, fue la formulada por “ruidos de cama” y que derivó en una sentencia de la Audiencia Provincial condenando a la vecina que denunció a su vecina no solo ante el Ayuntamiento, sino también en TVE, por su fogosidad. Los hechos ocurrieron en diciembre de 2016, pero siguieron “coleando” en su vertiente judicial cuatro años después. El expediente de la Policía Administrativa señalaba que los “golpes y ruidos de cama” que se escuchaban a las cinco de la mañana superaban en dos decibelios los niveles permitidos por normativa municipal. Conforme al fallo judicial de 2021 “el ruido provenía de la cama de la vecina de arriba (...) lo que provocaba que cayeran cosas de la estantería”. En el reportaje que emitió la televisión pública incluso se llegaba a apuntar que las grietas de la vivienda de la denunciante se derivaban de “los meneos que pegan”. Si bien el Juzgado de Primera Instancia desestimó la demanda de la vecina denunciada por generar los ruidos, la Audiencia la estimó después parcialmente al considerar que la información y los detalles que se habían aportado eran lesivos para el honor de la mujer.
Por otra parte, las denuncias por ladridos de perros también aumentado en los últimos años. Hasta tres veces se llegó a sancionar a una mujer por el ruido que generaba su mascota en una calle de Garrido.
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