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Fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo ingresó en los carmelitas sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida DIÓCESIS DE SALAMANCA
Se cumple un año del fallecimiento de Pablo María de la Cruz, el carmelita con Sarcoma de Ewing

Se cumple un año del fallecimiento de Pablo María de la Cruz, el carmelita con Sarcoma de Ewing

El 21 de junio de 2023, el joven salmantino Pablo Alonso Hidalgo, de 21 años, entró a formar parte de la comunidad de Carmelitas como novicio

Daniel del Castillo

Martes, 16 de julio 2024, 17:44

Entregarse a la vida es hacerlo a la muerte. San Juan de la Cruz describió en su Noche Oscura del alma la mejor manera de entender cómo funciona la entrega a lo ajeno, y dándole su significado en el amor. Una pareja trata de buscarse en la noche, la crisis vital a la que se enfrentan les hacer ver la necesidad de mirarse el uno en el otro, aunque para mirarse, no hace falta verse. Si ella no le puede ver, mirará su sombra, y él estará presente donde esté su sombra, porque es donde mirarán los ojos de su amada.

En la última lira, el poeta habla así sobre el encuentro: «Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.»

Pablo Alonso Hidalgo hizo propios todos estos versos de San Juan de la Cruz. El 21 de junio de 2023, el joven salmantino Fray Pablo María de la Cruz descubrió que de esos dos enamorados de la Noche Oscura, él era uno de ellos, y Dios la parte necesaria. Pablo dejó su cuidado «entre las azucenas olvidado», y, con 21 años, entró a formar parte de la comunidad de Carmelitas como novicio, con el nombre religioso de Pablo María de la Cruz. Lo hizo en el hospital clínico de Salamanca, en la habitación 615, donde estaba ingresado por una enfermedad grave.

Tuvo una dispensa especial, 'in articulo mortis'. Él mismo compartió el siguiente mensaje: «Hola, amigos en el Señor. Es mi deseo consagrarme a Dios y vivir «en obsequio de Jesucristo». Mi enfermedad va rápida. De Dios venimos y a Dios vamos. El Padre en su infinita misericordia me llamará pronto a estar con Él».

Momentos antes de su profesión religiosa, quiso compartir un mensaje para los jóvenes, y decirles, «que nunca es pronto para encontrarse con Dios, que es una de las mayores cosas que podemos hacer en nuestra vida».

«Que no nieguen a Dios de primeras, que si realmente tienen una inquietud, que realmente busquen. Quien busque encuentra». Y también, «que pongan a Dios a prueba, de si realmente existe, «Dios siempre responde en estas cosas».

Pablo llevaba padeciendo el sarcoma de Ewing desde hacía seis años, y su esperanza de vida era bastante corta.

Se le consideró 'in articulo mortis', es decir, en peligro de muerte y por ello, el joven decidió formar parte de la comunidad de Carmelitas.

Pablo nunca tuvo miedo de morir, pues como afirmó en ocasiones anteriores «lo que quería comunicar es lo increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es algo que no da miedo, que es alucinante, y que es un tabú que yo creo que que hay que romper». Cumpliendo así con una de las máximas de la vida de los carmelitas. «Si un hombre desea estar seguro del camino que pisa debe cerrar los ojos y andar en la oscuridad» (San Juan de la Cruz)

El 15 de julio, un día antes de la Virgen del Carmen, en el Convento carmelita de San Andrés de Salamanca, entregó su vida el hermano Pablo María de la Cruz.

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