Cruz Roja, en busca de familias de acogida: la esperanza ante la necesidad de un hogar temporal

Cruz Roja siempre tiene sus puertas abiertas para los más necesitados. Lo hace en cualquier estación del año, como si de un hogar se tratara. Es refugio y lugar de acogida para todos aquellos que buscan un ápice de esperanza en medio de una situación de incertidumbre y, en especial, resulta ser ‘calor’ para todas las niñas y niños que, en algún momento, llegan a separarse de sus familias por circunstancias que les impiden continuar al lado de sus padres biológicos o adoptivos y que buscan una salida temporal “hasta que todo vuelva a su cauce”.

Es por este motivo y por la alarma social que existe ante la falta de familias de acogida para bebés en la Comunidad por los que, desde la sede de la delegación territorial de la entidad en Salamanca, las responsables del programa de acogimiento familiar -una medida del Sistema de Protección a la Infancia-, Elena Pulido y Sonia Juanes, piden colaboración a todas las personas que tengan la disponibilidad que se necesita para acoger a un menor en un periodo de tiempo determinado y garantizar así su derecho a una vida plena.

Esta iniciativa, en la que Cruz Roja colabora con la Gerencia Territorial de Servicios Sociales, se caracteriza por el altruismo que todas las familias que se presentan voluntarias para cuidar a estos niños -los cuales pueden ser acogidos hasta los 18 años- muestran y por el acompañamiento que la entidad ofrece desde que se inicia el periodo hasta que finaliza con una ‘amarga’, pero inevitable despedida, para la que se prepara, con un proceso de adaptación gradual, tanto a familias como a acogidos, con el que se reduce el tiempo que pasan en las familias de acogida y se amplía el que empiezan a pasar con los padres biológicos.

“La necesidad que tenemos de encontrar a familias de acogida no es de ahora. Viene manifestándose desde hace tiempo. No todo niño es para toda familia, ni toda familia es para todo niño. Es importante que este abanico se amplíe”, asegura Elena Pulido, resaltando lo trascendental que resulta que haya más solidaridad para ofrecer los mejores recursos a los niños y a las niñas que así lo necesiten.

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