Borrar
Una joven consulta su teléfono móvil.
Crecen las consultas a psicólogos por abusos sexuales derivados del fácil acceso a pornografía

Crecen las consultas a psicólogos por abusos sexuales derivados del fácil acceso a pornografía

Los menores creen que lo que ven en internet es normal y lo realizan en las víctimas

Javier Hernández

Salamanca

Domingo, 3 de diciembre 2023, 06:45

Las consultas de los psicólogos de Castilla y León están detectando «más volumen de trabajo en cuanto a los casos de menores que utilizan internet y que son víctimas de abusos sexuales».

La psicóloga salmantina María Ángeles Pérez confirma que cada vez es más frecuente tener que atender a menores -junto a sus familias- «que han pasado alguna experiencia en relación a este problema y que, lógicamente, quedan tocados porque hace mucho daño». «Es algo que los padres deben saber que está ocurriendo, porque a veces no nos damos cuenta».

Los especialistas recuerdan que existen varios tipos de delitos sexuales relacionados con el fácil acceso a internet y las redes sociales. «El grooming, por ejemplo, es cuando un adulto se hace pasar por jóvenes y trata de conseguir fotos de contenido sexual de un menor. Una vez que las tiene le extorsiona para que pasar a un contacto físico y ese abuso sexual se comete ya en el mundo real», detallan.

Pero la psicóloga salmantina apunta que «lo que actualmente más preocupa» a los especialistas es «algo más oculto». «Hablamos de la falta de educación afectivo-sexual que hay entre la juventud, que se suma al fácil acceso que tienen a la pornografía a través de las pantallas. Esto influye en cómo establecen relaciones sexuales con otros menores. ¿Cuál es el problema? Que normalizan esas conductas violentas que ellos ven en el porno, creen que son normales y la realidad es que producen mucho daño en la otra persona».

Decenas de menores se ponen en manos de psicólogos porque han tenido relaciones sexuales inicialmente consentidas en las que se han sentido vejadas o abusadas por la conducta de la otra persona. «En estos casos entran en juego la edad y el consentimiento. Si la víctima denuncia y la otra persona es menor de 16 años no podrán imputarle, y si tiene menos de 14 años la Policía ni siquiera podrá detenerle. No es imputable. Se debe avisar a la familia, informarles de lo que ha hecho su hijo y quedará en manos de la familia la responsabilidad de ofrecerle una correcta educación afectivo-sexual, ponerle límites, o dejarle que siga haciendo lo mismo», relata Pérez.

Por otra parte, si la víctima es mayor de 16 años «empieza a cuestionarse el consentimiento». «Un menor de 16 años no puede dar consentimiento, pero por encima de esas sí se puede dar consentimiento a algo que después genera un trauma por considerar como normal algo que no lo es».

El mensaje que están tratando de difundir los psicólogos de la Comunidad es que la solución para combatir este problema pasa por educar mejor a los menores: «La única forma es hablar abiertamente con ellos. Decirles que estas cosas pasan y que no son correctas».

Falta de educación afectivo-sexual

María Ángeles Pérez destaca la enorme diferencia con la que los jóvenes actuales pueden acceder a la pornografía en comparación con los de hace 20 años. «La responsabilidad para que un menor de edad no acceda a ese material está en los padres. Es importante educar al respecto para que luego no tengan esa conducta violenta y sin afecto que ven en las pantallas y tratan de repetir con las víctimas. La psicóloga añade que «también desde la escuela debe hacerse un trabajo». «Algunos datos dicen que los futuros educadores deberían incluir en su programa de educación para la salud algo más de educación afectivo-sexual».

«Creemos que hay más casos de los que se denuncian. Al haber existido consentimiento la víctima puede sentirse culpable y decide no denunciarlo a pesar de que sabe que algo no ha ido bien».

Respecto a si los victimarios -quienes cometen el abuso- también deciden ponerse en manos de psicólogos, Pérez considera que «lo normal es que lleguen solo las víctimas, aunque a veces acuden victimarios por una cuestión de que cuando se condena a un menor de edad, las medidas son educativas». Otra situaciones se producen -explican- es «cuando la persona que comete el abuso lo hizo con 17 años, pero le 'pillan' con 22 años, por ejemplo. En ese caso ya se le juzga siguiendo un procedimiento normal y ahí sí se dan casos en los que acuden a un psicólogo, pero en busca de algún tipo de informe atenuante».

Los psicólogos también inciden en la importancia de la 'madurez' a la hora de valorar estos casos. «Si la víctima tiene más de 16 años, hay que tener en cuenta su madurez para haber dicho que sí y haber dado el consentimiento a una relación sexual. La diferencia de edad con la otra persona también juega un papel importante».

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Crecen las consultas a psicólogos por abusos sexuales derivados del fácil acceso a pornografía