Crece en Salamanca el consumo combinado de alcohol y cocaína

La Unidad de Tratamiento del Alcoholismo del Hospital de Salamanca detecta un alarmante aumento en la cantidad de jóvenes que mezclan el consumo de alcohol con cocaína: una combinación que dispara el riesgo de adicción.

El equipo multidisciplinar de esta unidad -integrado por Psiquiatría, Medicina Interna (con Miguel Marcos a la cabeza) y el papel de los trabajadores sociales como María Moya- presentó días atrás su exitoso modelo en la VIII Reunión sobre Alcohol y Drogas que ha organizado la Sociedad Española de Medicina Interna.

«No somos los únicos que tenemos este modelo, pero desde luego que no es lo habitual. El nuestro es un modelo muy de Salamanca, con una gran coordinación entre servicios, y creemos que se debería adoptar en más sitios», apunta el jefe de Psiquiatría, Carlos Roncero.

El psiquiatra asegura que, a diferencia de lo que sucede con otras sustancias adictivas como el tabaco, los trastornos por consumo de alcohol no están bajando. «Lo que están cambiando son los patrones porque cada vez hay más gente joven que consume de forma compulsiva, asociado a la cocaína». El Hospital tiene en marcha varios proyectos de investigación sobre los trastornos mentales asociados a mezclar alcohol y cocaína.

«Son sustancias aparentemente contradictorias, porque el alcohol es un depresivo del sistema nervioso y el otro es un estimulante. Lo combinan para equilibrar», indica el especialista, que advierte: «Esta mezcla hace que el hígado produzca cocaetileno, que es un derivado todavía más adictivo que el consumo por separado de estas dos sustancias».

Los datos que maneja el Hospital señalan que «un tercio de los pacientes que ahora están acudiendo a la unidad por trastornos de alcoholismo, realizan un consumo doble de alcohol y cocaína». No se trata de casos puntuales, sino que revela una tendencia -sobre todo entre los jóvenes- especialmente peligrosa.

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