«El óptico-optometrista debe formar parte de Sanidad Castilla y León (Sacyl) si queremos que la población tenga una atención sanitaria pública de la visión correcta y completa». Con estas palabras, el decano del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, Luis Ángel Merino, que tomó posesión en mayo de 2021, pone de manifiesto la importancia de incorporar cuanto antes a estos profesionales al sistema público de salud, no solo para asegurar la necesaria atención de la salud visual de los castellanoleoneses, sino también porque su presencia en Sacyl supondría un relevante ahorro de costes al sistema, así como una disminución de las abultadas listas de espera para una consulta especializada en Oftalmología.
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La situación de las listas de espera de Oftalmología en Castilla y León avala también la necesidad de mejorar este servicio con la incorporación de nuevos especialistas al cuidado de la salud visual. Según la última estadística oficial de la Consejería de Sanidad, a 31 de marzo de 2023 había un total de 52.296 personas esperando una primera consulta en los servicios de Oftalmología de los diferentes hospitales de la comunidad, con una demora media de 98 días. Más de tres meses de espera en una población con un elevado índice de envejecimiento y con patologías que, si no se tratan y se detectan a tiempo, pueden derivar en grave pérdida de la visión.
«El papel de los ópticos es fundamental para descargar las listas de espera de primeras consultas con el especialista e incluso para hacer seguimiento tras el tratamiento o la cirugía en el caso de algunas enfermedades. Por poner un ejemplo, una persona operada de cataratas podría graduarse la vista posteriormente con un óptico-optometrista adscrito al servicio de Oftalmología», explica Luis Ángel Merino, quien añade las múltiples tareas y las ventajas que supondría la incorporación inmediata de estos profesionales para «disminuir la presión asistencial en Oftalmología, aumentar la capacidad diagnóstica y quirúrgica de los oftalmólogos y lograr mayor rapidez en el tratamiento de los pacientes».
La delegada del COOCyL, Estefanía García Cerviño, asegura que «la colaboración directa entre ópticos-optometristas y otros profesionales del ámbito de la salud como el médico oftalmólogo permitiría una gestión más eficaz de los recursos evitando repeticiones de pruebas y optimizando procedimientos como el de la atención, tal y como sucede en la sanidad privada».
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Además, recalca que este paso hacia adelante supondría una disminución de las largas listas de espera en Salamanca, que es una provincia que cuenta con una población envejecida. «Con su inclusión en la sanidad pública, los optometristas pueden desempeñar un papel fundamental en la detección y en el seguimiento de afecciones oculares», sentencia García Cerviño.
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