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Un niño salmantino presta atención a las lecciones de un profesor en el aula junto a sus compañeros. ARCHIVO
«Convivir con una persona autista fomenta el respeto y la cooperación»

«Convivir con una persona autista fomenta el respeto y la cooperación»

Varios padres de la Asociación para la Inclusión de las Personas con Autismo (AIPA) resaltan la evolución de sus hijos en el aula desde que cuentan con la ayuda del asistente personal

María Regadera

Salamanca

Sábado, 22 de febrero 2025, 17:03

«El concepto de inclusión en el aula no es que un niño con autismo esté en una clase con personas que no tienen discapacidad, la inclusión real es que el niño se relacione con sus compañeros y sea partícipe de la clase como uno más», esta es la reflexión de Jesús Mora, el padre de un joven de diecisiete años con autismo que ha crecido con el refuerzo de un asistente personal en el ámbito escolar desde los tres años. Según el progenitor, que además es también docente, la evolución de su hijo Eduardo Mora ha sido muy positiva gracias a la figura de este profesional.

La realidad es que desde el pasado curso escolar, la Consejería de Educación y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, gracias a la intervención de la Asociación para la Inclusión de las Personas con Autismo (AIPA), han autorizado el paso del asistente personal al aula en todo tipo de centros y etapas educativas como facilitador de la inclusión y para favorecer el desarrollo. Salamanca está siendo pionera, posiblemente con más de 20 casos en distintas etapas educativas, incluyendo personas en el espectro del autismo con nivel 1 de afectación y buenas competencias académicas.

«Los niños con autismo no ven la realidad de la misma manera que el resto. Generalmente necesitan a un profesional que les explique las lecciones de una forma distinta, con una adaptación metodológica y más visual», explica Mora. El padre asegura que, en su caso, esta figura solo ha traído ventajas en el desarrollo de su hijo y ha funcionado durante todos estos años como «intermediario de comunicación entre profesores y padres»: «Gracias a él podemos saber cómo se ha sentido y eso nos da un plus de tranquilidad. En la educación hay algo muy importante que es la atención a la diversidad y un único profesor no puede atender a una clase entera y, además, a una persona que tiene necesidades educativas especiales», manifiesta.

Otro de los factores que resalta el padre son los beneficios de la atención personalizada en un ámbito natural y distendido como es el aula. «El asistente no solo está ayudando a la persona con discapacidad, sino que mejora sus relaciones con sus compañeros. La gente discapacitada se encuentra muy sola y, de esta forma, se acerca la realidad del autismo al resto de alumnos de una forma natural», manifiesta el padre. Tras esta reflexión, asegura que el resto de la clase también se enriquece con esta experiencia. «Convivir con una persona autista fomenta el respeto y la cooperación. La clase aprende también una educación en valores que les ayudará a lo largo de la vida a cómo tratar la discapacidad», afirma.

Montserrat Ruiz es la madre del primer niño que pidió el respaldo de un asistente personal en el aula de un colegio público salmantino en septiembre de 2023. «Solo tengo palabras de agradecimiento. El asistente personal permite una verdadera inclusión del alumno con TEA en una educación ordinaria, abriéndole todas las posibilidades a nivel social y permitiéndole desarrollar todas sus capacidades al igual que el resto de la clase. Es una cuestión de equidad», manifiesta. Asimismo, asegura también que «aporta una riqueza en la diversidad al resto de la clase».

Esta figura del asistente personal, que cualquier alumno de necesidades educativas especiales puede solicitar en su centro educativo, disminuye también la tasa de abandono escolar. «El asistente personal dentro de los ciclos superiores es fundamental para el acompañamiento social y curricular. Si los niños con necesidades especiales no tienen ese apoyo, terminan abandonando porque aparece el agobio, la frustración, el bullying y muchos otros factores determinantes», asegura.

Su hijo, que presenta un grado 1 de autismo, gracias a una metodología especial, está comenzando a verbalizar. «El asistente es el mejor recurso para la vida de estos niños. Donde mejor se aprende es en el ámbito cotidiano y es muy positivo que el experto pueda trabajar en un entorno natural con nuestros hijos. Hay que saber explotar los dones de cada niño», concluye.

Formación para familias y docentes

Con el fin de potenciar está asistencia personal especializada, AIPA ha realizado, gracias a la aportación económica del Ayuntamiento, la primera formación de España de asistencia personal en el ámbito educativo para personas en el espectro del autismo. Se ha dividido en tres formaciones sobre temas que son un eje fundamental en la vida de una persona autista para su desarrollo. Seiscientas personas de toda España, entre ellas un alto número de salmantinas, han realizado esta formación en colaboración de la Dirección Provincial de Educación de la Junta de Castilla y León, a través de los Centro de Formación del profesorado e Innovación Educativa (CFIE) de Salamanca y Ciudad Rodrigo para certificar al personal docente que la ha realizado de Castilla y León. Además de personal docente que desea dar el mejor apoyo activo en el aula, han participado asistentes personales y familias.

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