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Pastora Soler, en una imagen promocional.
«Concibo mi estilo musical entre la copla y Whitney Houston»

«Concibo mi estilo musical entre la copla y Whitney Houston»

Pastora Soler festeja en el Palacio de Congresos sus 30 años de carrera. «Volver a Salamanca es emocionante»

Roberto Zamarbide

Salamanca

Viernes, 24 de enero 2025, 06:45

La niña que cantaba copla, su idilio ciclista con Salamanca, Eurovisión, la ruptura mental y el triunfal regreso. Pastora Soler revive esta noche para los salmantinos tres décadas de carrera y de vida.

Salamanca es una ciudad especial en su biografía.

— Tengo muchas ganas de ir a Salamanca. «Corazón congelado», que es uno de mis temas más relevantes, la grabación de aquel vídeo para la Vuelta a España de 2001, la actuación en la Plaza Mayor en la víspera de la salida de la carrera en Ferias.... Fue una experiencia intensa y volver es muy emocionante. Celebrar los 30 años en la música está haciendo los conciertos muy especiales. En ellos cuento mis vivencias tanto artísticas como personales, como si fuera un documental en directo. Y la gente lo está disfrutando muchísimo.

¿Qué recuerdos le vienen a la mente de aquellos días?

—Fue una semana muy intensa. Teníamos que grabar las escenas de la Plaza por la noche, porque durante el día siempre estaba muy concurría. Entonces yo estaba estudiando Historia del Arte y me empapé de una ciudad tan rica como Salamanca.

Por cierto, ¿qué tal se lleva con el ciclismo?

-Pues cuando hice aquello de la Vuelta nunca había tenido contacto con el ciclismo y después me aficioné mucho a la bicicleta. Hasta hace poco, que después de la pandemia salí un día con la bici, tuve una gran caída, me lesioné en un hombro y ya no la he vuelto a coger. Me tuvieron que infiltrar y la lesión me ha durado dos o tres años, así que me dije «Ya nunca más. Que una ya tiene una edad».

A igual que usted, varios artistas están celebrando giras aniversario, como Niña Pastori, Rosario, Laura Pausini, Coque Malla, que ya lleva 40... ¿Tan difícil es llegar lejos en el mundo de la música que les entran estas ganas de celebrar?

—Pues si. Cuando empiezas te dicen siempre que lo difícil es mantenerse en esto. Por eso, cuando hacer balance y ves que has podido sobrevivir, sientes ganas de celebrarlo. Sobre todo con lo difícil que se ve el panorama ahora mismo. Todo ha cambiado muchísimo: al principio grabábamos música analógica y hoy día el productor puede estar por un lado y los cantantes y los músicos por otro. Pero los conciertos en directo y el público no se pueden sustituir por nada. Por eso me he volcado en esta gira para poner toda mi energía.

Su gira se llama «30 años. Rosas y espinas». Háblenos de esas espinas.

—Desde que empecé ha habido muchas, que a principio duelen más porque no conoces el mundillo. Esto tiene que ver con las discográficas. La primera fue cuando después de grabar mi segundo disco, la discográfica que me había contratado como la niña que renovaría la copla me dio la carta de libertad y me echó. Ahí vi la crudeza del «tanto vendes, tanto vales». Entonces me sentí muy frágil y decidí apartarme un poco del mundo de la música. Luego llegaron otras espinitas pero son necesarias para que cuando todo va bien apreciar lo difícil que es. Y luego, claro está la gran espina de mi vida, la más dolorosa, el momento en que rompí con todo.

Desde aquel 2014, cuando suspendió su carrera para cuidar de su salud, los casos de otras personalidades han abierto en todo el mundo una reflexión global sobre la importancia de atender a la salud mental. ¿Cree que hoy existe más sensibilidad que entonces?

—Creo que algún pasito se ha dado, sobre todo se habla más abiertamente del tema y acudir a terapia se ha normalizado. Cuando empiezas tan joven en esto, es importante tener una buena gestión emocional de las cosas que te hacen daño. Me han dicho alguna vez que fui de las primeras que habló de ello. Y si aquella etapa negativa que viví ha servido para poner un granito de arena en algo tan necesario, la verdad es que me enorgullece.

¿Cómo describiría su evolución estilística en estas tres décadas? ¿Qué le ha influido más?

—Yo empecé con la copla, que era lo que me gustaba, pero me empezaron a atraer otros estilos musicales. De hecho, mi concierto empieza con una copla y sigo por Whitney Houston, las dos grandes influencias de mi vida. Yo concibo mi estilo entre esos dos mundos que no tienen nada que ver... o sí. A través de Whitney yo conocí a Aretha Franklin, a Barbra Streisand, a Celine Dion,. grandes divas que me fascinaron. A lo largo de mi vida he ido en la búsqueda de ese tipo de canción con la que me identificaba plenamente. Y con mi disco homónimo «Pastora Soler» de 2005 pude encontrar lo que yo quería hacer realmente, esa balada que para mí tiene mucho de copla también en el registro vocal. He seguido siempre una búsqueda personal, impulsada por mi inquietud artística.

Viajemos a Azerbaiján en 2012. ¿Qué balance haría hoy de su experiencia en Eurovisión? . Aquel «Quédate conmigo« sigue poniendo los pelos de punta...

—Totalmente positiva. Fue la primera vez que mucha gente me escuchó en este tipo de canción con un amplio registro vocal y con mucho sentimiento. Lo más difícil fueron los meses previos, muy exigentes, cuando te pones en el punto de mira de la crítica, pero al final el resultado fue bueno. No pensaba en la puntuación, sino en que sería una experiencia que me quedaría para toda la vida. Y mucha gente lo vivió como si yo hubiera ganado. Eso si, no volvería ya a Eurovisión: yo ya he cumplido.

Aquí recordamos siempre que unos cuantos salmantinos le acompañaron en aquella aventura…

-Si, una de las cuatro canciones que me ofrecieron era «Tu vida es tu vida», de Juan Mari Montes. Juan Mari es uno de esos autores que siempre me ha acompañado. Admiro mucho su trabajo. Precisamente en esta gira he preferido descartar algunos de los singles que ya he cantado muchas veces, y a cambio he incluido esta canción que es un alegato a esos seguidores del colectivo LGTBi y siempre me apoyo y al que yo apoyo.

… y Shelia Blanco que le acompañó en los coros y Vicky Gómez que participó en el videoclip.

-Sii, Vicky es compañera de mi marido, que es coreógrafo, y se conocen desde hace mucho. Al final he descubierto que tengo muchos vínculos con Salamanca que no sabía. El ultimo importante es mi hija pequeña, que se llama Vega.

¿Sigue el Benidorm Fest? ¿Qué opinión le merecen las canciones que se presentan?

—El formato me gusta muchísimo como escaparate para gente nueva. Yo lo sigo muy de cerca. De las canciones que hemos mandado en los últimos años, unas me gustan más y otras menos, pero sobre todo yo disfruto de esta semana. Además mi marido trabaja ahí y se ha ido este fin de semana a Benidorm.

¿Qué escucha en sus listas de Spotify?

—Muchas cosas. Últimamente estoy en bucle con la canción de Bruno Mars, Lady Gaga, mucha música de fuera, pero soy madre de dos niñas y también escucho a Karol G, Quevedo o Aitana. A cambio yo intento que conozcan a Alejandro Sanz, Luis Miguel, Dani Fernández. Manuel Carrasco... Que a pesar de las modas oigan el buen pop español. Hoy día veo que hay gente joven muy preparada, como Lola Índigo, Ana Mena, Abraham Mateo, con grandes puestas en escena muy cuidadas.

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