

Secciones
Destacamos
Lunes, 25 de febrero 2019, 11:41
La espera del peatón para poder cruzar la calzada no debe superar el minuto y medio. Es la norma de la Policía Local de Salamanca para que los viandantes no se “eternicen” esperando. Pero, una vez que lo hace, ¿de cuanto tiempo se dispone hasta que cambia a rojo? ¿Cómo se determina su duración?
El criterio del Ayuntamiento es que el tiempo que necesita una persona sin problemas de movilidad es el que se tarda en atravesar la calzada a cinco kilómetros por hora. Pues bien, según explicó el actual alcalde, Carlos García Carbayo, en un pleno, ese es el tiempo durante el que, como norma general, el “muñeco” verde pasa parpadeando en un semáforo durante la cuenta atrás que anuncia que de forma inminente va a cambiar a rojo. A esos segundos se suman todos los que permanece fijo y cuya duración suele ser aún mayor, un tiempo añadido que facilita el cruce de aquellos viandantes con dificultades de movimiento.
Esos son los criterios generales, pero no siempre es posible respetarlos porque los semáforos no se pueden ajustar de forma individual ya que la regulación de uno influye en otros próximos, principalmente en los cruces.Así, en una ciudad en la que más de la mitad de los trayectos —el 52% se realizan a pie—, no resulta complicado detectar pasos de peatones en los que el viandante debe apresurarse para que la luz roja no le pille en medio de la calzada, o en los que, por el contrario, disponen de tiempo más que suficiente para atravesar sin prisa.
Las intersecciones de avenidas que ofrecen múltiples posibilidades de giro a los vehículos son los puntos en los que más complicado resulta ajustar los tiempos de los semáforos. Y en ellos es donde se encuentran los pasos en los que los peatones tienen que estar ágiles para cruzar. Un ejemplo claro son los cruces del paseo de Carmelitas. El semáforo situado a la altura de la Santísima Trinidad es uno de los que menos dura de la ciudad, apenas 25 segundos. Poco más tienen los viandantes que atraviesan esta avenida a la altura del edificio del Grupo Mariano o del Pato Rojo. De la misma forma, a muchos peatones les toca correr cuando cruzan desde la plaza de España a la calle Toro.
Por el contrario, a los que se les hace eterna la espera en la confluencia de la avenida de Maristas con el paseo de San Vicente es a los conductores. Deben aguardar 75 segundos a que el semáforo de los peatones se ponga en rojo para poder continuar circulando. Pero aún mayor es el tiempo de espera de los vehículos en el semáforo de Ramón y Cajal, ajustado recientemente. La cuenta atrás arranca en 99 segundos. Cuando apenas quedan 30 se pone en verde para los coches que giran a la derecha para continuar por Carmelitas. Y cuando concluye ese medio minuto se abre totalmente a la circulación para el tráfico que continúa su marcha de frente, hacia Filiberto Villalobos, o hacia la derecha, paseo de San Vicente. Se abre, sí, pero tan solo disponen de unos 12 segundos para hacerlo, un tiempo que resulta insuficiente a las horas en las que coincide la entrada o salida de los centros educativos.
A los pasos en los que los peatones disponen de un amplio margen para atravesar la calzada se suma el situado en la avenida de Portugal a la altura de la iglesia de María Auxiliadora, según señalan fuentes municipales.
La Policía Local estudia posibilidades para mejorar esos tiempos. Así, en Jesús Arambarri, junto a la glorieta de la Flecha, paso obligado hacia Puente Ladrillo, se decidió dejar en verde para los peatones 12 segundos más. Y en la avenida de Salamanca, en la salida de Teresianas, también se optó por ampliar en otros 16. Dentro del acuerdo presupuestario de 2018 entre PP y Cs se incluyó un sistema de semáforos “inteligentes” que se autorregulasen en función de la densidad de tráfico en cada momento, pero aún esta medida está en estudio.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a C. R.. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.