¿Cómo ha cambiado la conducta de los jóvenes cuando salen de fiesta?

Conseguir el famoso ‘puntillo’ se ha convertido en una de las aspiraciones que los jóvenes tienen cuando salen a divertirse por la noche y, en este proceso, irrumpe con fuerza el consumo de alcohol, con el que, normalmente, se consigue que la euforia sea mayor y que, por lo tanto, una persona pueda ser más sociable. Para el psicólogo clínico Hilario Garrudo, esta sustancia es una de las que más agravan las conductas que los jóvenes están teniendo últimamente en el ámbito del ocio nocturno y asegura que, este peligro se da, en muchas ocasiones, por la poca concienciación que los padres tienen sobre el riesgo que su consumo supone.

Gran parte del protagonismo que, para algunas personas, adquiere el consumo de drogas como el cannabis, el éxtasis o cualquier otro psicoactivo para deshinibirse con mayor rapidez y nivelar lo que suele llamarse ‘subidón’ o ‘bajón’, lo adquieren los hábitos que, con normalidad, los jóvenes suelen llevar a cabo en su rutina diaria. Y ahí entran en escena, con fuerza, las TIC.

La adicción al internet y, en especial, a las redes sociales y a los videojuegos, donde los adolescentes se topan con modelos de personas idílicos, derivan en que sufran una pérdida importante de autoestima y en que empiecen a sentir la necesidad de liberar la crispación y la presión social que sienten con una conducta agresiva en cualquier espacio. “La pandemia ha pasado factura en todos los adolescentes por el ‘vicio’ que ha habido a las redes sociales y, en general, a las TIC. Esto influye de forma notable en el comportamiento que, ahora, muestran a la hora de relacionarse”, asegura Garrudo para LA GACETA, recalcando, además, que el modelo de sociedad que educadores y padres, principales referentes para ellos, ofrecen no es del todo constructivo o, directamente, no está libres de confrontaciones.

Pese al aumento de estas conductas, Hilario Garrudo incide en que es necesario no dramatizar mucho porque, a día de hoy, se tiende a maximizar cualquier pelea o cualquier conducta que se aleja de los cánones establecidos. “Pese al aumento de crispación social que ha habido en las calles y en las discotecas, debemos no dramatizar o exagerar. Los pensamientos negativos que los padres tienden a tener de la sociedad juvenil cuando sus hijos salen de fiesta influye en los comportamientos que muestran”, recalca.

Respecto al consumo que se hace de algunas sustancias, entre las que están las drogas, el psicólogo clínico Hilario Garrudo incide, basándose en un estudio realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud con jóvenes de entre 15 y 29 años, en que el alcohol es una de las más perjudiciales y en que, con él, otras como la cocaína quedan relegadas a un segundo plano. Esto, en parte, se debe a que muchas veces los jóvenes sienten que no pueden gestionar su propio mundo emocional y creen que, para conseguirlo, han de recurrir al consumo de las mismas.

“En la actualidad, un 20% de los jóvenes hacen un uso saludable del ocio. Luego, un 13% cree que salir a divertirse pasa por hacer de todo a toda costa, pensando en que, si hay que consumir, se consume y en que, si hay que beber, se bebe”, afirma Garrudo teniendo como referencia el estudio ‘Sudar material. Cuerpos, afectos, juventud y drogas’.

Por último, Hilario Garrudo señala que otros factores que influyen en estas conductas agresivas son el sedentarismo o el modelo consumista por el que se caracteriza la sociedad de hoy en día. Ante estos peligros, resalta la importante labor que se debe hacer desde el sistema educativo a la hora de educar en el plano emocional a los más jóvenes.

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